sábado, 26 de agosto de 2017

Maldita Anaïs Nin

 

 
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 “Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo”

“Me niego a vivir en un mundo ordinario como una mujer ordinaria. 
A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. 
Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. 
No me adaptaré de mi mundo. Me adaptaré de mi misma”

"El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo,
tan indispensable como la poesía."

"La vida se dilata o expande en proporción al propio coraje"
"Sólo el latido unísono del sexo y el corazón puede crear éxtasis"

 "No vemos jamás las cosas tal cual son,
las vemos tal cual somos"

"Sólo creo en el fuego. Vida Fuego.
Estando yo misma en llamas enciendo a otros.
Jamás  muerte. Fuego y vida"

"La única anormalidad es la incapacidad de amar"

"Yo, con un instinto profundo,
elijo un hombre que provoca mi fuerza,
que ejerce demandas enormes sobre mi,
que no duda de mi coraje ni mi rudeza,
que tiene coraje de tratarme como una mujer"

"Es la culpa, el miedo,
la impotencia lo que hace crueles a los hombres"

"La carne contra la carne produce un perfume,
pero el roce de las palabras
no engendra sino sufrimiento y división"

"Hay sólo dos clases de libertad en el mundo;
la libertad del rico y poderoso,
y la libertad del artista y el monje
que tienen el coraje de renunciar a las posesiones"

"Cuando haces un mundo tolerable para vos,
haces un mundo tolerable para otros"

"Somos como escultores,
constantemente tallando en los demás imágenes que
anhelamos, necesitamos o deseamos,
a menudo en contra de la realidad,
contra su beneficio, y siempre, al final,
un desengaño,
porque no se ajusta a ellos"


"Hay dos modos de llegar a mí, mediante los besos o la imaginación.

Pero existe una jerarquía; los besos por sí solos no bastan."


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“El amor nunca muere por causas naturales.
Muere porque no sabemos rellenar su fuente.
Muere de ceguera emocional, de nuestros errores y traiciones.
Muere a causa de nuestras enfermedades y heridas del corazón,
De cansancio, por falta de riego.
Cuando se vuelve opaco y deja de brillar,
Entonces el amor muere.”

 
Extractos de “Incesto: diario no expurgado” 1932-1934:
    


   


https://sites.google.com/site/escritoresmalditos/anaisnin


Carta de despedida de Henry Miller a Anaïs Nin



Te redeseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible






Qué son las despedidas si no saludos disfrazados de tristeza? Lo mismo que el deseo y el placer de verte mientras te desnudas y te envuelves en la sábanas. Nunca has sido mía. Nunca pude poseerte y amarte. Nunca me amaste o me amaste demasiado o me admiraste como la niña que toma una lente y se pone a ver cómo marchan las hormigas y cómo, en un esfuerzo inacabable y lleno de fatiga, cargan enormes migajas de pan. Qué son aquellas noches lluviosas en medio de la cama de un hotel. Qué el recuerdo de nuestros pasos por la calle, en el teatro o en la sala de conciertos. Qué son los recuerdos de los celos y de tus amantes y de June y de mis amantes.




Anaïs, no creo que nadie haya sido tan feliz como lo fuimos nosotros. No creo que exista en la historia del hombre y de la mujer un hombre y una mujer como tú y como yo, con nuestra historia, nuestras circunstancias; con aquello que se desbordaba en las paredes, el ruido de la calle y la explosión de tu mirada inquieta de ojos delineados en negro; con la sinceridad de tu cuerpo frágil y tu secreto agresivo e insaciable. El recuerdo puede ser cruel cuando estás volando febrilmente a tu próximo destino, a otros brazos que te reciban expectantes y hambrientos. El recuerdo de tu diario rojo que tirabas en la humedad de la cama entre tus labios entreabiertos y mis ganas de desearte. Te deseo. Te deseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible y ya te has ido y tal vez, en un sueño imaginativo y romántico, leerás estas palabras una y otra vez, en medio de mi ciudad con la gente pasando en medio de las calles y la sorpresa en tus ojos y la gran dama con el fuego en la mano derecha.



Mi querida Anaïs, ma petite, ma jolie, infanta inquieta de sal nocturna. Te extraño cuando huyes de madrugada y te extraño cuando camino y me tomo un café en la calle; te extraño cuando June se acerca cariñosa y cuando paso por los grandes aparadores. Te extraño casi a todas horas: cuando escribo, cuando te pienso, cuando escucho las campanas que me anuncian que ya son las tres, cuando me acuerdo de las horas interminables entre humo y whisky, cuando tengo una comida que dura toda la tarde, también cuando me despido de ti cada día a la misma hora, cuando como en aquel lugar donde nos dio el aire y cuando escucho la radio. Adiós, Anaïs, adiós. Ya nos encontraremos en otras vidas y en otras vidas podré poseerte y quedarme contigo para siempre. Ya te veré en medio de la nieve y entre libros y vino. Adiós, tuyo siempre


Henry
http://cartasenlanoche.blogspot.com/2011/09/carta-de-despedida-de-henry-miller.html

 

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