El italiano Federico Fellini nos trasladaría a las altas esferas de la aristocracia romana y al mundo del famoseo y el periodismo sensacionalista para hacer una feroz crítica sobre el declive moral de la sociedad italiana de la época, en ella incluiría temas tan dispares como el matrimonio, la familia, la riqueza y la religión. La historia se centraría en Marcello (papel llevado a cabo porMarcello Mastroianni), un periodista insatisfecho con su vida profesional y personal que tambalea su vacía existencia entre la relación con su sumisa y asfixiante novia (Yvonne Furneaux) y los excesos nocturnos que le brinda el estar rodeado de celebridades y personas populares. La obra no se libraría de la polémica en el momento de su estreno, en gran medida por la alta carga sexual (aunque no sea explícita) y tocar una tema tan arriesgado como el catolicismo, en unos años donde la censura castigaba a cualquiera que se saliese de la "normalidad" (de hecho en España no fue estrenada hasta el año 1981). De sus escenas más recordadas el baño de una sensual Anita Ekberg ("Guerra y paz (1956)") en la famosa fuente de Roma (la Fontana de Trevi) o ese final tan frío como metafórico (Marcello en la orilla del mar separado entre la fealdad de un monstruoso pez de grandes dimensiones frente a una angelical e inocente joven ) que el realizador nos deja para que saquemos nuestras propias conclusiones. A destacar dentro de la obra, la partitura del italiano Nino Rota, un compositor que acompañaría a Fellini en la gran mayoría de sus películas, entre ellas la mítica "Amarcord (1973)" o el nombre de uno de los personajes del film, "Paparazzo", que daría origen a una palabra muy habitual en la jerga de la prensa rosa: los paparazzi. Como curiosidad se barajaron los nombres de Paul Newman para representar a Marcello y a Henry Fonda para interpretar a unos de los amigos de éste, Steiner (papel finalmente llevado a cabo por el francés Alain Cuny, actor visto también en "Satiricón (1969)" del propio Fellini o la erótica "Emmanuelle (1974)" con la holandesa Sylvia Kristel).
Frase para recordar: "Es mejor una vida anárquica, créeme, que una existencia basada en una sociedad organizada dónde todo está previsto y todo es perfecto" .
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