lunes, 18 de mayo de 2020

“El libro rojo”: Un relato místico moderno





Se presentó en Argentina la primera y única edición en castellano de El libro rojo, de Carl Gustav Jung, el célebre psicólogo, psiquiatra y pensador suizo del siglo XX. Por Juan Ignacio Cánepa / Fotos: Fernando Calzada.Esta obra, que hasta el año pasado había permanecido oculta y se había convertido en un secreto a voces, fue publicada por la flamante editorial del Malba, El Hilo de Ariadna. DEF dialogó con el doctor Bernardo Nante, especialista en la obra de Jung y cabeza del equipo de traductores que interpretó el libro fielmente en nuestro idioma, para conocer un poco más los orígenes y alcances de la misteriosa obra.
-No podemos comenzar sino preguntando qué es exactamente El libro rojo. ¿Cuál es su historia?
 El libro rojo está escrito por Carl Gustav Jung, un conocido psicólogo, psiquiatra y pensador del siglo XX, quien ya habiendo comenzado su obra científica -cuando tenía 38 años-, tuvo una serie de visiones, de experiencias internas muy potentes, que empezó a escribir en unos cuadernos de tapas negras. Las experiencias más importantes datan de 1913. Luego, reescribió los relatos de estas visiones de aquellos cuadernos negros al libro rojo. Los comentarios que va haciendo a lo largo del texto están acompañados por imágenes hechas por él mismo. Está presentado como un manuscrito medieval.
-¿Por qué lo hizo así?
-Porque consideró que estas visiones tan impactantes -que a veces lo desestabilizaban-, necesitaban elaboración. Entonces, hacer un libro precioso era una manera de honrar esa experiencia y tratar de comprender de qué se trataba.
-¿Estas visiones fueron espontáneas?
-Las primeras, sí. Con posterioridad se dio cuenta de que la única manera que tenía de elaborarlas y evitar que invadieran su psique, consistía en anticiparse y, en algún sentido, suscitarlas. El libro rojo no se compone de sueños, salvo por alguna excepción. La mayor parte son visiones, esto significa “experiencias en vigilia”. Eso es lo más notable.
-¿Es verdad que Jung temió estar cayendo en una esquizofrenia?
-Sí, temió eso. Hay que aclarar que no cayó en una esquizofrenia ni estuvo internado. Cuando en un momento del libro habla de que estuvo internado, se refiere a dentro de una visión: fue un sueño dentro de una visión. Pero en ningún momento recurrió a una  curación psiquiátrica o a atención médica. Lo resolvió él mismo con el paciente trabajo de enfrentar conscientemente las visiones, entrando en diálogo con ellas.
-¿Se sabe cómo las preparaba?
-Sí, sentó las bases de un método que se llama “método de imaginación activa”. A partir de una visión anterior, un sueño, un material espontáneo en la psique, uno se abre a ese material: hace silencio, evoca esas imágenes y de alguna manera comienza a entrar en diálogo con ellas. La idea es que ese material no tiene que avasallar la conciencia, pero tampoco la conciencia tiene que estar ausente. No se está en un estado de trance. Hay conciencia. Hay una realidad fuera y una realidad dentro. La de fuera, en vez de ser una realidad física, es psíquica.

DEL OLVIDO A LA LUZ
-¿Por qué se considera “misterioso” este libro?
-Cuando Jung escribió esto, primero lo hizo para él. En algún momento, pensó que valía la pena publicarlo: era un ejemplo de algo que otros podían hacer con sus propios procesos. Pero, por consejos de terceros, finalmente concluyó que no era conveniente hacerlo, porque iba a ser confundido y su obra científica iba a ser afectada por algo que es difícil de entender. Por esa razón, el libro no se publicó y Jung no dejó instrucciones al respecto. En realidad, la tercera parte del libro, “Los sermones a los muertos”, se publicó post mórtem, pero el 80% o 90% del libro permaneció inédito. Cuando murió, sus cinco hijos decidieron hacer una copia para cada uno y el original se guardó en un banco por miedo a que se malentendiera y confundiera al lector.
-¿Por qué se publicó, entonces?
-Hace unos años, el especialista en historia de la psicología Sonu Shamdasani encontró algunos manuscritos en bibliotecas. Si bien  El libro rojo era privado de Jung, a veces lo compartía con amigos y conocidos, por ello quedaron notas parciales en algunas bibliotecas. Advirtiendo que alguien podía llegar a hacer alguna edición incompleta, mal presentada, recomendó hacer una edición integral y correcta. La familia se convenció y el especialista se ocupó de hacer la edición alemana-inglesa que se publicó en octubre de 2009.
-Entonces, ¿cómo hay que tomar este libro?
-Un abordaje bueno es tomarlo como si fuera un mito, un texto arcaico, pero escrito por un hombre contemporáneo. Alguien que pudo meterse en las profundidades de la psique y trae imágenes y experiencias de esta incursión. Por supuesto, se lo puede tomar, en forma parcial, como una ficción, pero no es exactamente esto. También como un libro de arte.
-¿Cuál es el público de este libro?
-Primero que nada, es el público que se interesa por la búsqueda interior, el trabajo en los símbolos, el mundo de los sueños, y la vinculación con lo sagrado: un psicólogo, un estudioso de las religiones. También le puede interesar a la persona que tiene un refinamiento literario, artístico. Tiene que ver con la psicología, pero la excede.
-¿Es accesible a todos?
-Creo que se puede hacer una aproximación ingenua al libro. La formación puede ayudar o no. Yo digo que uno puede tomar este libro como lo hacía con los cuentos cuando era chico. En una entrevista, Jung dice que en el fondo siempre contamos la misma historia, donde hay un tesoro perdido en un lugar y alguien que lo quiere buscar: es la historia de la búsqueda de un tesoro oculto que está en nosotros y no lo encontramos. Además, El libro rojo por momentos tiene humor y la historia que cuenta es atrapante. Se aproxima un poco, como texto contemporáneo, al Zaratustra de Nietzsche, solo que el de Jung es más extraño que el Zaratustra, que tiene un ordenamiento más literario.
-¿Cuáles son esos elementos de humor?
-En un momento del libro lo internan a él porque oye voces y tiene un libro de mística cristiana. El psiquiatra le dice que esos libros llevan al manicomio: una paranoia religiosa. Él, que fue uno de los fundadores de la psiquiatría contemporánea, se ríe de la incapacidad que tiene la ciencia para captar ciertos aspectos profundos, como también los tiene la religión cuando se queda en un nivel superficial. Es una crítica constructiva a los límites de ciertas formas de entender la religión y a ciertas formas de hacer ciencia. Describe una alienación del hombre contemporáneo, quien no le presta atención a las profundidades del alma.
UNA AYUDA PARA INTEGRARNOS
-¿Y cómo ayuda esta obra a explorar las profundidades del alma?
El libro rojo tiene que ver con asumir lo que no hemos asumido. En Occidente no hemos asumido el aspecto espiritual de la materia y por eso nos volvemos materialistas. Tampoco hemos asumido el mal, nos creemos buenos cuando realmente no lo somos.
-Esta actitud se diferencia del mecanismo de represión. Se trata más bien de algo que no está asumido, que no tenemos trabajado.
-Claro, no es lo mismo reprimir algo que no asumirlo. No es lo mismo que yo tenga una tierra y saber que la tengo y no cultivarla, que ni siquiera saber que la tengo.
-¿Quién es Filemón?
-En las experiencias de Jung, aparece, primero en un sueño y después en visiones, un personaje interior al que él llama Filemón. Es una especie de maestro que lo ayuda a comprender muchas de las visiones que tuvo anteriormente y lo guía en la persecución de sus visiones posteriores. Jung relata en sus memorias que cuando le pasaba esto, a veces dudaba. No se debe olvidar que es una persona de ciencia y de enorme visión, que se codeaba con los más altos científicos de la época. El término Filemón pertenece a un personaje de la mitología antigua. Es una especie de espíritu rector, alguien que lo guía en la última parte del libro.
-¿Cómo deben tomarse las imágenes que aparecen en el libro?
-Algunas son simbólicas. No se pueden reducir a un discurso. El símbolo produce una conexión interna, tiene el poder de transformar la cualidad de la psique, como sucede, por ejemplo, con la cruz para el cristiano. Después hay otras que Jung dibuja o pinta para trasladar en algo visual lo que él vivió internamente. Eso tiene que ver con el movimiento afectivo o significativo que le produjo esa experiencia. Le sirvió para poder comprender mejor, no racionalmente sino internamente, lo que le pasó. Y otras imágenes también cumplen esa función, pero no están explicadas. En El libro rojo vamos a encontrar imágenes con algunas leyendas, mientras que otras no las tienen.
Juan Ignacio Canepa
Lic. en Ciencias Políticas y periodista. Tiene un título de posgrado en Periodismo Digital (Universitat Pompeu Frabra, Barcelona) y obtuvo una beca de la Comisión Fulbright de Argentina para Jóvenes Líderes. Actualmente se desempeña como editor de la revista DEF.

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