sábado, 2 de septiembre de 2017

10 libros para conocer el Holocausto.


El 1º de noviembre de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 60/7 en la que designó la fecha del 27 de enero Día Internacional de Conmemoración anual en Memoria de las víctimas del Holocausto. El 27 de Enero de 1945, el ejército soviético liberó el mayor campo de exterminio nazi, en Auschwitz-Birkenau (Polonia). Coincidiendo con esta efeméride recordamos 10 lecturas para (intentar) entender Auschwitz:
Si esto es un hombre(El Aleph).
Primo Levi.
El joven judío italiano Primo Levi vio abrirse la boca enrejada del campo de exterminio desde su vagón de ganado. Esta primera parte de su “Trilogía de Auschwitz” (continuada por “La tregua” y “Los salvados y los hundidos'” es una de las memorias de cautiverio más famosas del siglo XX.Levi fue al nazismo lo que Solzhenitsyn al gulag soviético: sobria expresión y costumbrismo del abismo. De aquella colmena de campos polacos también nos ha quedado “Nuestro hogar es Auschwitz” (Alba), de Tadeus Borowsky. Tanto Levi como Borowsky se llevaron consigo las púas, el maltrato y el número tatuado). Los dos se suicidaron.
Diarios (Debolsillo).
Ana Frank.
Las teorías raciales de Alfred Rosenberg fueron parte del esqueleto intelectual de los nazis. Les venían como anillo al dedo. Cómodas. La parte incómoda venía después, con el asesinato sistemático de niñosAna Frank, de 13 años, vivió con su familia y los Van Pels detrás de una biblioteca giratoria en la empresa de su padre, en la Prinsengracht 263, de Amsterdam. Hoy es un museo. Fueron dos años en total (del 42 al 44) esperando a los ogros de la Gestapo. Una mañana aparecieron. Para entonces, había escrito unos diarios de adolescencia de clausura que ya son universales. Ella, su hermana Margot, y su madre murieron en Auschwitz.
Auschwitz, los nazis y la solución final (Crítica).
Lawrence Rees.
El 20 de enero de 1942, los jerifaltes del III Reich se reunieron en una villa junto al lago de Wannsee para hablar abiertamente del exterminio judío. Aquello se llamó “solución final”. Como epílogo a unos documentales para la BBC, Lawrence Rees escribió en 2005 un libro basado en cientos de entrevistas a miembros activos y pasivos. Antiguos miembros de las SS no arrepentidos, judíos emigrados a América o a Israel… Un escandaloso clásico reciente, metódicamente similar a ‘El holocausto japonés’.

Eichmann en Jerusalén (Debolsillo).
Hannah Arendt.
Adolf Eichmann fue el responsable del Departamento de Emigración Judía y estuvo en la mentada conferencia de Wannsee. Hacia 1960, vivía en Buenos Aires, se llama Ricardo Klement y trabaja en una oficina de Mercedes Benz. En mayo de ese año el Mossad lo secuestró y se lo llevó a Jerusalén para ser juzgado (y ahorcado). Aquello se llamó “Operación Garibaldi“. La filósofa Hannah Arendt cubrió para ‘The New Yorker’ el irregular proceso y trazó un retrato de Eichmann. Sus artículos acabaron por convertirse en un libro clásico con un subtítulo esclarecedor: “La banalidad del mal“. El monstruo era un gris burócrata.
Los límites del perdón (Paidós).
Simon Wiesenthal.
Superviviente de Mauthausen, Wiesenthal fue un reconocido rastreador de nazis huidos desde el Centro de Documentación Judía de Israel. El mismo Adolf Eichmann o Karl Silberbauer, responsable del arresto de Ana Frank, fueron algunos de sus ‘trofeos’ más famosos. Llevó a los tribunales a más de 1.000 nazis. Este libro autobiográfico propone el dilema del perdón y lanza la patata caliente a personalidades como Primo Levi, el cardenal Künig, el Dalai Lama, o Tzvetan Todorov. Otro clásico, entre el ensayo y la autobiografía, que clama justicia es ‘Más allá de la culpa y la expiación’ (Pre-textos), de Jean Améry
Sin destino (Acantilado).
Imre Kertész.
Gyorgy Köves es un personaje de ficción. Como Kertész, es un judío de Budapest, un flacucho adolescente. Ambos son deportados a Auschwitz. El joven Köves visita también Buchenwald y Zeitz. El Nobel de Literatura de 2002 escribió su primera novela en 1975 y se abrió a sus recuerdos con una máscara puesta. Se trata de una novela de formación entre chimeneas antropófagas y ladridos de perro. Mejor le fue a Joseph Joffo, otro niño con gorra y estrella de David en la pechera, tal y como lo relata en “Un saco de canicas” (Debolsillo), que evitó lo peor con su fuga constante por la Francia ocupada.
Escapar de Sobibor (Planeta).
Richard Rashke.
Sobibor era un campo de exterminio de la zona oriental de Polonia, entre Treblinka y Belzec. Aunque era el más pequeño de los tres recintos, allí fueron gaseados 250.000 judíos. Incluso Mathaussen, Auschwitz o Dachau fueron menos eficientes que Sobibor, donde los que ‘huéspedes’ eran asesinados en cuestión de 24 horas. Rashke cuenta cómo, en octubre de 1943, 600 cautivos se rebelaron, alentados por el ejemplo de los héroes del gueto de Varsovia, mataron a los oficiales y saltaron las verjas. 300 de ellos consiguieron llegar al bosque y sobrevivir. Algunos ofrecen su testimonio al autor.
Un español frente al Holocausto (Temas de Hoy).
Diego Carcedo.
Ángel Sanz-Briz, diplomático de la embajada española de Budapest, consiguió salvoconductos para llevar a 5.200 judíos húngaros a España. 4.000 más que Schindler. Hoy, ambos poseen el título de “Justo entre las Naciones” que otorga el Museo del Holocausto de Israel. Cuando en 1944, los alemanes invadieron Hungría, Sanz-Briz arriesgó su vida para cobijar a los judíos conla excusa de que eran sefardíes, españoles. Los tuvo en dependencias de la embajada alquiladas “ad hoc” hasta que pudo sacarlos. En realidad, sólo 200 de ellos eran verdaderos judíos sefarditas.

Un auténtico clásico historiográfico. Entre 1948 y 1961 Hilberg levanta este libro monumental (que es el adjetivo que se emplea para libros como este, de 1.456 páginas). La cuestión es: ¿cómo se llevó a cabo el asesinato de seis millones de personas? La articulación social y burocrática y tecnológica de semejante proyecto en medio de una guerra es el objeto de esta exhaustiva exposición. Hilberg pone el acento en la maquinaria de fondo, tras los ojos alemanes. Como contrapunto (el lado de las víctimas) se puede citar un libro reciente, también exhaustivo, y “monumental” (1.700 páginas): “El Tercer Reich y los judíos” (Galaxia Gutenberg) de Saul Friedländer
El hombre en busca de sentido (Alianza).
Victor Frankl.
Este libro tuvo como primer título (en 1959) “Del campo de muerte al existencialismo“. Aquí Frankl, uno de los más ilustres psiquiatras de Viena es internado (otro más) en Auschwitz. El shock inicial, la apatía posterior, la despersonalización, la crueldad de los ‘capos’ judíos, y el peso de la losa del sinsentido ya en libertad son pormenorizadas en este trabajo de campo en el campo de trabajo.
Texto: Álvaro Cortina. El Mundo.es. 27/01/2010.

Actualización: 26 de septiembre de 2014Algunos libros (y autores) más sugeridos en los comentarios. (Gracias)
Biblioteca de la deportación (Blog)
Los hornos de Hitler, de Olga Lengyel.
Aquellos hombres grises, de Christopher Browning.
Neus Catala.
Modernidad y Holocausto, de Zygmunt Bauman.
El Tercer Reich y los judíos: los años de la persecución (1933-1939) y El Tercer Reich y los judíos: los años del exterminio (1939-1945) de Saul Friedländer.
¡Qué vuelva la luz!, de Beatriz Guerra.
MAUS (Cómic), de Art Spiegelman.
El comprador de aniversario, de Adolfo García Ortega.
La ladrona de libros, de Markus Zusak.
La llave de Sarah, de Tatiana de Rosnay.
El largo viajeLa escritura o la vidaAquel domingoViviré con su nombre, morirá con el mío, de Jorge Semprún.
Trilogía de la noche, de Elie Wiesel.
Málaga y su holocausto (Punto Rojo Editorial), de Francisco Torres Rodríguez.

Actualización: 10 de diciembre de 2015: Especial MASLEER: Libros sobre el Holocausto.
A continuación os dejamos la lista con la reseña de los títulos que vamos analizando con la temática señalada:
Después de Auschwitz (Eva Schloos): La escritura tiene muchos caminos, pero suele conducir directamente al alma cuando está trazada desde el corazón del sufrimiento y la supervivencia. Después de Auschwitz (Planeta) es uno de esos relatos que te hielan por la triste y cruel realidad de su contenido.
Hermanos de sangre (Ernst Haffner) Dos novelas en una. Por un lado, el relato que recoge Hermanos de sangre(Seix Barral). Por otro, la novela imaginaria que se puede trazar con todo lo enigmático que rodeó y sigue envolviendo a esta historia que fue prohibida en su día por los nazis.
Ruta Tannenbaum (Miljenko Jergovic): Esta novela, editada por Siruela, es un homenaje. Un homenaje a Lea Deutsch, una niña prodigio judía que fue asesinada en Auschwitz a los 16 años de edad. Un homenaje a todas esas pequeñas historias que fueron golpeadas por la brutalidad de la Segunda Guerra Mundial. Un homenaje a la literatura sin adornos ni generalizaciones.
Los hermanos Oppermann (Lion Feuchtwanger): Una radiografía prácticamente perfecta de la evolución de la ideología nazi durante la época de la ascensión al poder de Hitler. Eso fue lo que hizo Lion Feuchtwangeren Los hermanos Oppermann, un título editado por Edaf que incluimos por su carácter y fiel reflejo de los acontecimientos de la época.
El niño de Schindler (Leon Leyson): Sobrecogedora y emotiva. Supervivencia y dolor. Sufrimiento y contrastes. Infinidad de sentimientos recoge El niño de Schindler (Nube de tinta), la historia narrada y vivida en primera persona por Leon Leyson, un joven que logró sobrevivir al horror del holocausto nazi.
La luz que no puedes ver (Anthony Doerr): En las noches más oscuras, en los días más apagados, es cuando más brilla el alma de las personas y de historias como la que se recoge en La luz que no puedes ver (Suma de Letras), una emotiva novela que aunque no está centrada en exclusiva en el Holocausto nazi, sí que tiene como escenario de fondo la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
K.L. Reich (Joaquim Amat-Piniella): Un homenaje a la memoria, un culto al pasado, una prosa firme como testimonio del recuerdo. Una novela alimentada de la experiencia, del sufrimiento y del sentimiento de unJoaquim Amat-Piniella(Manresa, 1913-1974) que buscó un poco de luz entre el horror de los campos de concentración.
Los infortunios de Svoboda (János Székely): No es una crónica de la crueldad de Hitler y los suyos. No es un relato dramático de uno de los episodios más negros de la historia de la humanidad. Tampoco se trata de unas memorias que recuerdan lo pasado en los campos de concentración. Una historia diferente (editada por Impedimenta), con un estilo singular y contado con la escritura realista de János Székely.
El fotógrafo del horror (Benito Bermejo). Tal vez no haya ningún libro tan estremecedor en este especial. Y es que, acudiendo al refranero, una imagen vale más que mil palabras. Y las imágenes que aparecen en este trabajo del historiador Benito Bermejo son desgarradoras. El libro ya fue publicado en el año 2002, pero ahora ha sido reeditado porRBA con un diseño muy cuidado y con unas imágenes extras que no aparecieron en la primera edición.
Nazis en Madrid (Peter Besas): Con la guerra, Hitler y el nazismo como temas principales, Nazis en Madrid(Ediciones La Librería, como su propio título indica, habla de cómo se vivió el antes, durante y después de aquella etapa negra de la historia en la capital de España. El libro nos sitúa en los sitios que tuvieron relación con momentos y personajes del Tercer Reich. Desde un hospital hasta una escuela pasando por una iglesia luterana o lugares de residencia de los embajadores alemanes.
Templarios, nazis y objetos sagrados (Lorenzo Fernández Bueno): Un viaje en busca de respuestas entre lo oculto, un relato marcado por esa sangre, sudor y lágrimas que quedaron en el camino por el deseo, la ambición y la obsesión de aquellos protagonistas de la historia que buscaron los vínculos con el poder sobrenatural. Del Santo Grial al Arca de la Alianza o la Mesa de Salomón. O la Lanza de Loginos, aquella que persiguió a toda costa Adolf Hitler.
El dinero de Hitler (Radka Denemarková): Una novela de supervivencia, un relato de palabras olvidadas que vuelven como puñales que arañan la existencia de aquellos que comenzaron otra vida tras el exterminio en Auschwitz. Gita, la protagonista, regresa a Checoslovaquia tras haber perdido todo en el campo de concentración. Sin familia y sin alma, su existencia vagabundea por el frío interior de una tierra sin corazón. El regreso será una constante en la novela, tanto al lugar como a la memoria.
Trieste (Dasa Drnic): Es un todo en uno: es historia, es poesía, es memoria, es ficción, es investigación y es parte de un estilo narrativo muy particular y personal, con expresiones casi inventadas por la autora y que pone en valor el trabajo de traducción de una obra que ha sido editada por Automática. Una edición, por cierto, muy cuidada y con un estilo sobrio y elegante. La complejidad reside en el estilo de la autora, en la forma de proyectar esta ficción documentada.
Leningrado. Asedio y sinfonía (Brian Moynahan): Retrato de una población que se vio golpeada de forma cruel: primero por Stalin y posteriormente por Hitler. Pero entre el frío y el hambre, entre la represión y el asedio, entre el ruido de la guerra y el silencio de la muerte, aparece la Séptima Sinfoníade Shostakóvich. Música contra cañones. Un símbolo que recorre de principio a fin un libro de historias de la historia.Moynahan recorre los horrores a los que se enfrentó Leningrado en un libro editado por Galaxia Gutenberg.

https://algundiaenalgunaparte.com/2010/01/27/27-enero-10-libros-para-conocer-el-holocausto/

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