viernes, 8 de septiembre de 2017

Marina Tsvietáieva - Locuciones de la Sibila (selección de aforismos)


Marina Tsvietáieva - Locuciones de la Sibila (selección de aforismos)


Locuciones de la Sibila es una selección de pensamientos que la escritora Marina Tsvietáieva ha ido sembrando a lo largo de todos sus escritos y que aquí se presentan tras una minuciosa lectura de toda su obra en el original ruso. La riqueza y autenticidad de su lenguaje transmiten, en cada máxima, un mensaje profundo e inteligente que nos ha encauzado a incluir esta recopilación dentro del género de los aforismos. Invitamos al lector a dejarse seducir por la sugerente cadencia de la voz de esta sabia Sibila, una de esas rarezas líricas que despiertan el placer por la lectura de una manera aguda y vital.

Marina Tsvetáyeva

Nació el 26 de septiembre de 1892, hija del fundador del Museo Pushkin de Moscú Iván Tsvetáiev. Tuvo que exiliarse en Praga (1922) y luego en Francia (1925) después de la revolución rusa con su marido, un oficial en activo.
Vivió 14 años en Francia, desdichada y deprimida. Tenía dos hijas, Irina y Ariadna, y un hijo, Gueorgui. En 1939, volvió a la Unión Soviética con su hijo Gueorgui (Mur) para reunirse con su marido Serguéi Efrón, quien había regresado a Rusia con su hija Ariadna en 1937. Pero en el mismo año su marido Serguéi Efrón y Ariadna fueron arrestados, y Serguéi Efrón fue fusilado en 1941. Ariadna, tras permanecer ocho años en el Gulag, fue arrestada de nuevo en 1949 y enviada al destierro en el raión de Turujansk. Fue rehabilitada en 1955.
Marina Tsvetáyeva, padeciendo la reprobación oficial, no pudo encontrar vivienda ni trabajo. Era tan pobre que su hija Irina hubo de ir al orfanato donde, dadas las malas condiciones, murió de hambre. Cuando comenzó la Gran Guerra Patria, Marina fue evacuada a YelábugaTartaristán, donde se suicidó en 1941.
Pese a todas esas desdichas (y de la conciencia escrita de ellas) dejó una obra viva, de impresionante calor, intransigente y llena de valentía, que se salvó de la destrucción y del olvido gracias a su hija Ariadna Efrón. En la Unión Soviética permaneció casi inédita hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se la empezó a conocer a través de la publicación de literatura en hojas clandestinas. "Nabókov rectificó sus prejuicios sobre la difícil Tsvietáyeva ('leerla solamente causa estupor y dolor de cabeza'), pero se negó a encabezar su rehabilitación, que no ha llegado del todo hasta hace unos días cuando se ha publicado en Rusia su obra completa", escribe Enrique Vila-Matas.
La obra poética de Tsvetáyeva ha sido traducida al español por la eslavista Selma Ancira.

https://es.wikipedia.org/wiki/Marina_Tsvet%C3%A1yeva

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