Jung atravesó por dos grandes momentos en su vida científica, el primero siguiendo las huellas de Sigmund Frud, tratando de realizar una síntesis entre la teoría de Freud y la de Adler; y el segundo en que se independiza de toda influencia y crea su propio sistema, con una visión psicológica a la altura de esas dos grandes figuras.
Individuación significa la realización del si mismo, que no siempre se logra, porque muchos prefieren renunciar a ser ellos mismos para alienarse en un rol, conforme a un ideal externo y en favor del reconocimiento social.
La individuación, no tiene nada que ver con el egoísmo sino que es el descubrimiento de la singularidad, que le permitirá al hombre lograr un mejor rendimiento social y cumplir con mayor eficacia los destinos colectivos del hombre.Las personas cuentan con los mismos atributos universales pero son diferentes unos de otros, y esa variación es la condición que da la oportunidad de lograr una singularidad individual y que impulsa al ser humano a buscar la plenitud de su ser único.
Se trata de dejar en libertad al si mismo, prisionero de los roles sociales y de las imágenes inconscientes.
Para Jung, el inconsciente es un abismo insondable, lo mismo que el misterio de la naturaleza; pero posee la capacidad de estar siempre en acción, incluso cuando dormimos; y se relaciona con la conciencia en forma compensatoria, complemetándose con ella para formar el sí mismo.
El hombre se conoce como persona que actúa distintos roles, pero no puede explicarse quien es él mismo y tampoco tiene la esperanza que alguna vez en la vida pueda lograrlo del todo.
En los sueños aparecen los motivos personales que no reconocemos, o el significado de experiencias diurnas a las cuales no se les ha otorgado la debida importancia, o deducciones omitidas, o bien emociones que no nos hemos permitido o críticas no hechas.
Cuanto más uno llegue a conocerse a sí mismo mediante las respectivas técnicas o la introspección, más desaparecerá la parte del inconsciente personal que influye en el inconsciente colectivo.
De esta manera es como se forma una consciencia ampliada, libre del yo mezquino y sensible a la crítica, que comienza a formar parte de un mundo más amplio, desde el punto de vista objetivo.
Esa consciencia más amplia es la que permite al individuo unirse definitivamente al mundo en forma incondicional, sin conflictos internos que tienen que ser compensados por el inconsciente.
Los conflictos en este estadío ya no son personales, son dificultades colectivas que movilizan al inconsciente colectivo, necesitados de una compensación colectiva y no personal.
En este caso, el inconsciente puede producir contenidos válidos tanto para el individuo como para los demás.
Cuanto más impersonal sea la reacción inconsciente a un problema, tanto más significativa será la manifestación compensadora correspondiente.
En los sueños, es evidente la función compensadora del inconsciente, apareciendo con frecuencia la persona conflictiva en una situación opuesta a la imagen que tiene el soñante de él, de modo de no provocar tensión en el sujeto e interrumpir su necesario descanso.
En los casos de problemas impersonales que requieren compensación del inconsciente, éstas se pueden presentar como imágenes colectivas por medio de símbolos mitológicos. Son por lo general los problemas morales, religiosos o filosóficos los que producen estas compensaciones mitológicas.