Si una noche un monje encorvado
Sofía Traballi
Fascinante recorrido por la escritura en todas sus formas, en la Grecia clásica, la Roma imperial y la Edad Media bizantina, por el experto Guglielmo Cavallo.
Cavallo, paleógrafo. Coautor, junto a Roger Chartier, de "Historia de la lectura en el mundo occidental" y autor de "Libros, editores y público en el mundo antiguo". |
En su célebre relato “La biblioteca de Babel”, Borges imagina el universo como una biblioteca total, “ilimitada y periódica”, cuyos anaqueles registran “todo lo que es dable expresar: en todos los idiomas”. El vértigo de la figuración literaria nos trae a la memoria el proyecto de las magnas bibliotecas helenísticas –de Alejandría, Pérgamo, Antioquía–, destinadas, precisamente, a reunir y conservar la entera memoria del mundo, el saber universal. Eran, a diferencia de la de Borges, bibliotecas-cripta, cerradas al común de los hombres, a las que sólo accedían los eruditos de Estado. En toda sociedad donde existe la escritura, esta es dotada de un estatuto específico, en el marco de una determinada política cultural.
Esta idea constituye el punto de partida de Escribir, leer, conservar. Tipologías y prácticas de lo escrito, de la Antigüedad al Medioevo, el reciente libro de Guglielmo Cavallo, publicado en una cuidada edición con láminas a color. Trazado en sentido cronológico, el arco temporal comprende la Grecia clásica y helenística, la Roma republicana e imperial, la Antigüedad tardía y la Edad Media occidental y bizantina.
Desde la perspectiva de la paleografía y la historia social, el autor examina, en cada período, el uso y el significado asignado a los productos escritos, la variedad de soportes y tipologías gráficas, las diferentes maneras de escribir y leer, y la difusión, calidad, y distribución social del alfabetismo. Por otra parte, en el ámbito de la conservación libresca y documental, reconstruye el contenido, la forma y la función que adoptaron, a través del tiempo, bibliotecas y archivos.
La metodología de Cavallo se basa en el estudio paleográfico de un gran número de manuscritos e inscripciones, valiéndose a su vez de fuentes “indirectas” –inventarios y catálogos, ilustraciones, estatuas– a las que recurre para rastrear espacios, prácticas y textos perdidos. Con rigor analítico, lujo descriptivo y amplia erudición, el investigador delinea un mundo de tablillas y estelas, de monjes encorvados sobre códices polvorientos; el derrotero de la palabra escrita, marcado por transformaciones e intercambios culturales, pero también por guerras, robos e incendios que provocaron la desaparición de obras y hasta de colecciones completas.
A la hora de explicar el devenir histórico de las modalidades de lectura, escritura y conservación, las hipótesis de Cavallo nunca resultan lineales; un entramado multicausal está en el origen de toda continuidad, de todo quiebre con el pasado.
Cabe destacar que el diálogo y la polémica con otros investigadores son una constante en el despliegue de la argumentación. En este sentido, puede mencionarse la crítica que dirige el autor al abordaje estadístico del alfabetismo en las sociedades antiguas, subrayando la necesidad de un enfoque cualitativo atento a las formas de circulación y apropiación de los textos, en relación con las brechas sociales y educacionales de la población.
Complejo y a la vez fascinante, Escribir, leer, conservar remonta los siglos y nos invita –sin explicitarlo– a reflexionar sobre el presente. Aunque rollos y códices hayan cedido su lugar al libro impreso –sumándose, en las últimas décadas, el formato digital–, aunque ya no leamos como romanos antiguos o letrados bizantinos del Medioevo, la huella de esos tiempos pervive en nuestras bibliotecas, en nuestras propias y renovadas prácticas de lectura y escritura. Después de todo, acaso sea cierto que lo escrito permanece. Pero en permanente cambio.
Escribir, leer, conservar, Guglielmo Cavallo. Trad. Lucio Burucúa. Ampersand, 378 págs.
https://www.clarin.com/revista-enie/literatura/noche-monje-encorvado_0_SJjHBSa3-.html
Si hay alguien capaz de rastrear las huellas de las prácticas de la lectura y de la escritura en la Grecia clásica, la Roma antigua y el Occidente y Oriente medievales, ese es, sin duda, el paleógrafo italiano Guglielmo Cavallo. Dedicado desde hace más de cuarenta años a desentrañar las sociedades del pasado a través de sus libros, documentos e inscripciones, en esta obra, hasta hoy inédita, reconstruye de forma magistral y con una erudición exquisita la historia de la escritura, del libro y de la lectura, así como las modalidades de conservación del patrimonio bibliográfico y documental desde la civilización griega al Imperio bizantino.