Creo que el criterio del relato es doble. En primer lugar, se refiere a una sucesión de estados o de acciones y, por consiguiente, guarda relación con acontecimientos en el tiempo. Está arraigado en el tiempo. En segundo lugar, contiene un elemento compositivo. Hay relato cuando los acontecimientos no se narran unos detrás de otros, sino encadenados. Éste es el problema de la coherencia narrativa: ¿qué genera la coherencia narrativa? En este punto, respondo a la pregunta: ¿cuál es el límite de lo narrativo? Hay dos límites: un límite interno y un límite externo. El límite interno es el límite de la composición. Es un problema completamente contemporáneo, planteado en buen medida por la evolución de la novela contemporánea, pues la gran novela del siglo XIX, si usted quiere de Balzac a Tolstoi y Dostoievski, estaba construida. Hoy, por influencia de Joyce principalmente, pero también de Borges y de Kafka en muchos aspectos, no hay una descomposición, sino una especie de desestructuración concertada. Como si el arte de narrar luchase con sus propias leyes. Por ejemplo, un punto crítico muy importante es lo que se ha llamado el problema del cierre, es decir, cómo termina la novela clásica, cuyo final, en cierto modo, es siempre algo impuesto por el desarrollo. De algún modo, el final se produce dentro del relato. Si toma, por ejemplo, a Joyce y, sobre todo, Finnegans Wake ya no encontrará un criterio de cierre, de clausura. La novela y, a la vez, el tiempo son devueltos a una especie de nomadismo no-conclusivo. He dicho anteriormente que había dos límites. Hay también un límite externo: no todo es objeto de relato. En primer lugar, porque la realidad no se considera siempre desde el punto de vista de la sucesión temporal. Pienso, por ejemplo, en la literatura, donde tiene usted formas distintas de lo narrativo. Por ejemplo, la poesía lírica. Diría incluso, que hay una gran oposición entre lirismo y narratividad. Pero tiene usted también todas las formas de análisis de lo real en términos de estructuras y no ya en términos de sucesiones. Hay aquí, en cierto modo, un intento de dominar el tiempo, un juego de abolición del tiempo mediante la lógica del desarrollo, mediante la lógica de la transformación. Toda una escuela de pensamiento que hoy en día está menos presente en la discusión, el estructuralismo, ha intentado, en cierto modo, si no eliminar el tiempo, al menos someterlo a leyes intemporales.
Paul Ricoeur
Entrevista con Gabriel Aranzueque
Entrevista con Gabriel Aranzueque
Foto: Paul Ricoeur
© SEUIL L. MONIER
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