Este poemario pertenece a su tercera etapa poética, considerada como poesía bélica y de urgencia. En la obra destaca la angustia y el sentimiento de protesta provocado por el sufrimiento de los pobres. Mientras que el amor, como elemento omnipresente, ya no se dirige sólo a la mujer, sino también a la tierra, a la lucha. Se ha pasado del yo, de la intimidad lírica, al nosotros, al compromiso social, bélico y político con una ideología a la que servirá de propaganda. A este libro pertenecen poemas tan emblemáticos como Aceituneros (Andaluces de Jaén) y El niño yuntero.