Mónica
Redondo - Ene 10, 2017 -
Con
motivo de la muerte del autor de Modernidad
líquida, explicamos cómo la filosofía de
Bauman describe la forma de vida de la sociedad actual.
Quién no ha pensado alguna vez lo
diferente que es la forma de pensar de sus padres o abuelos en comparación con
la suya. Han estado casi toda
la vida con la misma persona,
la misma con la que se casaron cuando las fotos eran en blanco y negro. Han
tenido el mismo trabajo desde que salieron de
la universidad con 23 años. Y conservan el
reloj que les regaló su padre cuando cumplieron los 18 años.
La vida líquida de Bauman rompe con las estructuras fijadas en el pasado
La filosofía de vida, los valores y lo que se
considera ético y moral ha cambiado
radicalmente en los últimos años, a causa de los cambios políticos y sociales
ocurridos a partir de la segunda mitad del siglo XX.
En el libro Modernidad líquida, el sociólogo Zygmunt Bauman es capaz de explicar los fenómenos sociales de la era moderna y qué es lo que nos diferencia de las
generaciones anteriores. A partir del año 2000, año de publicación de Modernidad líquida, el filósofo polaco publica una serie de obras que
resumen sus conceptos sobre la realidad que nos rodea: Amor líquido (2003), Vida líquida (2005)
y Tiempos líquidos: vivir una época de
incertidumbre (2007).
La realidad líquida de Bauman
consiste en una ruptura con las instituciones y las
estructuras fijadas. En el pasado, la vida estaba diseñada
específicamente para cada persona, quien tenía que seguir los patrones
establecidos para tomar decisiones en su vida. En la modernidad, el filósofo
polaco afirma que las personas ya han conseguido desprenderse de los patrones y las estructuras, y que cada uno crea su
propio molde para determinar sus decisiones y forma de vida.
La sociedad actual se basa en el individualismo y en una forma de vida
cambiante y efímera
En la vida líquida según
Bauman, la sociedad se basa en el individualismo y se ha convertido en algo temporal e inestable que carece de aspectos sólidos. Todo lo que
tenemos es cambiante y con fecha de caducidad, en comparación con las estructuras fijas del
pasado.
Muchas de las cosas que explicó
Bauman hace 17 años en su obra Modernidad
líquida y las que la siguieron se han
convertido en una realidad en nuestros días. El sociólogo logró explicar el
funcionamiento de la sociedad actual y determinar la relación de las nuevas
generaciones con conceptos como el amor, el trabajo o la educación.
El amor líquido en
Tinder
Muy poco tiene que ver las
relaciones de nuestros abuelos con la nuestra. Miedo
al compromiso, rollos de una noche, desengaños amorosos... Para
muchos jóvenes (y no tan jóvenes) este puede ser el pan de cada día.
Para Zygmunt Bauman, estas relaciones
son las que dan nombre a su concepto de amor
líquido. Según su patrón, el miedo al
compromiso y a las cosas a las que hay que renunciar, como la libertad,
son la razón principal por la cual existe este miedo a comprometerse y a darlo todo por una pareja.
La vida líquida es una sucesión de nuevos comienzos
con breves e indoloros finales
Las relaciones amorosas acaban
convirtiéndose en breves episodios, en los que priva la búsqueda del beneficio
personal. Cuando una pareja deja de ser rentable, se deja de lado y se busca una nueva.
Ni más ni menos que la filosofía
de Tinder. Historias de amor para siempre han ocurrido
gracias a la aplicación de búsqueda de parejas, aunque la mayoría de usuarios
desliza rostros en su pantalla hasta encontrar el indicado para pasar la noche.
Ciudadanos del
mundo
Si hay algo que no queremos, son
ataduras, ni el en amor ni en nuestra forma de vida.
En la era moderna, es bastante común
entre los jóvenes hacer un viaje de varios meses por América Latina o el
Sudeste Asiático, con el objetivo de romper
con las barreras y ser testigos de realidades
distintas a las de su país de origen.
La realidad líquida de
Bauman describe precisamente este escenario, que invita al movimiento, al flujo y a la búsqueda de nuevas
experiencias, pero sin echar raíces en ningún
lugar. Son ciudadanos del mundo pero de ningún lugar al mismo tiempo.
No más trabajos
para toda la vida
Esta filosofía basada en la búsqueda de nuevas experiencias y ser ciudadano de mundo también se ve reflejada en el ámbito laboral dentro de las sociedad líquida.
Nuestros abuelos y padres entraron a
trabajar en una empresa cuando acabaron la universidad, y se jubilaron en el
mismo lugar 40 años después.
Las personas no quieren ataduras ni en el amor ni en el trabajo, según
Bauman
En la actualidad, no existe el llamado trabajo de nuestra vida. Los empleos son cambiantes y el mercado actual
necesita renovaciones dentro de las empresas cada poco tiempo.
Por otro lado, Bauman identifica en
sus obras la necesidad de cambio en los trabajadores, a los que se les reclama cada
día más volatilidad y capacidad de trabajo en
diferentes áreas.
Las empresas buscan a personas
volubles, con capacidad de reinventarse y que puedan viajar a otra ciudad cuando sea
necesario. Personas que lo den todo en el trabajo aún sabiendo que pueden
ser reemplazadas en cualquier momento si no cumplen con las expectativas.
El reto de la
educación en un mundo líquido
"Aún debemos aprender el arte de vivir en un
mundo sobresaturado de información. Y también debemos aprender el aún mas
difícil arte de preparar a las próximas generaciones para vivir en semejante
mundo".
La crisis económica que
azotó las instituciones financieras y las economías de medio mundo en 2008
cambió la forma de pensar de muchos jóvenes.
Antes de la crisis, la sociedad
estaba convencida de que unos buenos estudios derivarían en buenas
oportunidades laborales. Pero a partir del 2008, todo se puso del revés. Los
que han conseguido trabajo, tienen que reinventarse cada poco tiempo y afrontar
nuevos retos constantemente. Otros muchos graduados están trabajando en puestos por debajo de su formación, y muchos ni siquiera han accedido al mercado
laboral.
En el libro Sobre la educación en un mundo líquido, Zygmunt Bauman conversa con el educador Ricardo
Mazzeo sobre la pérdida de credibilidad de las bases
de la educación tradicional, la cual se
perfila como algo anticuado por no proveer a los jóvenes las herramientas
necesarias para encontrar un trabajo.
La era del
consumismo
Los que se compraron el iPhone 3G hace 10 años, se sintieron los amos
del mundo. Tenían en sus manos un producto único en el mercado en ese momento,
el cual marcó una diferencia en el uso de los smartphones.
En la era del consumismo, lo importante no es conservar objetos, sino
renovarlos constantemente
En la actualidad, el que conserve un
iPhone 3G no podrá ni hablar por WhatsApp. Más de 8 modelos han actualizado la
primera versión de los teléfonos de Apple.
La era consumista que vivimos en la
actualidad se basa en la ferviente necesidad de sacar nuevos productos en el
mercado que saciar las ansias de
renovación de la sociedad.
Los productos duraderos ya no son
importantes, en esta era priva lo efímero y lo nuevo para sorprender a los compradores.
El consumismo no gira en torno a la satisfacción de
deseos, sino a la incitación del deseo de deseos siempre nuevos
En esta realidad líquida,
lo importante no es conservar los objetos, sino renovarlos constantemente para contentar el espíritu consumista.
La realidad líquida angustia a las personas porque no
carecen de nada fijo y duradero
La consecuencia principal del mundo
opuesto a lo sólido crea ansiedad en las personas, según Bauman. La necesidad
de reinventarse en el empleo provoca que muchos trabajadores se queden atrás y
que no cumplan con los requisitos necesarios en la actualidad.
Además, la necesidad de relacionarse
choca frontalmente con la falta de compromiso y el miedo a perder a la
libertad. En la sociedad actual, no podemos aferrarnos a nada, porque todo es
cambiante y efímero. Todo es líquido, y la posibilidad de perderlo todo es más que
probable.
Zygmunt Bauman ha fallecido este lunes en su domicilio de
Inglaterra. Perdemos a uno de los filósofos y sociólogos más importantes del siglo XX, pero conservamos sus obras para intentar entender
la complejidad de la sociedad actual.