martes, 19 de mayo de 2020

John Huston, 25 años sin el cineasta aventurero

RECORDAMOS, EN EL ANIVERSARIO DE SU MUERTE, ALGUNAS DE SUS OBRAS MAESTRAS A TRAVÉS DE LAS PALABRAS DEL BRILLANTE DIRECTOR QUE RODÓ TODOS LOS GÉNEROS CINEMATOGRÁFICOS POSIBLES

Estefanía Magro



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John Marcellus Houghston ( 5 de agosto 1906 - 28 de agosto 1987) fue hijo del actor Walter Huston y de la periodista del Daily Graphic, Reah Gore. Este polifacético director norteamericano, antes de ser cineasta, fue en su juventud boxeador, consiguiendo ser campeón de pesos ligeros en la categoría de aficionados; periodista en el diario que trabajaba su madre; pintor bohemio en París; teniente de caballería en México; escritor de relatos sobre hípica y boxeo; actor hasta los últimos años de su vida, «The visitor (El visitante del más allá)» de Giulio Paradis (1979) fue la última obra que interpretó y con «El gran cardenal» de Otto Preminger (1963) logró el Oscar como mejor actor de reparto; guionista de varias películas de William Wyler y de sus propias obras.
Orson Welles dijo en cierta ocasión: «La obra de Huston no es tan interesante como su propia vida»; y el director de «Ciudadano Kane» le conocía bien.
A los setenta y tres años, John Huston decidió escribir «A libro abierto. Memorias» traducido y editado en España seis años después de su publicación por Espasa Calpe (1986). Una obra que recoge su vida como una aventura constante hasta unos años antes de su muerte. [Pincha aquí para ver la fotogalería de John Huston]
«Mi vida se compone de episodios fortuitos, tangenciales y dispares. Cinco esposas, muchos enredos, algunos más memorables que los matrimonios. La caza. Las apuestas. Pintar, coleccionar, boxear, escribir, dirigir e interpretar películas. Desisto de encontrar cualquier continuidad a mi trabajo. Tampoco puedo encontrar un ápice de coherencia en mis matrimonios. Ninguna de mis esposas ha sido ni remotamente parecida a las otras... y ciertamente ninguna de ellas se parecía a mi madre. Forman un grupo heterogéneo: una colegiala, una dama, una actriz de cine, una bailarina y un cocodrilo», expresó Huston en sus memorias.
James Agee, crítico, escritor y guionista cinematográfico que trabajó con Huston en «La Reina de África» (1951) comparó y definió a este director con la fábula de la cigarra y la hormiga:
«La hormiga, como todo el mundo sabe, es un modelo de civismo. Su ojo permanece eternamente fijo en la meta que siempre se ha propuesto: la seguridad y el éxito. La cigarra es todo lo contrario: una enamorada del jazz, una hedonista que baila en las primaveras… Y pasando el estío acaba en la miseria. John es la gran cigarra del mundo occidental. John posee en abundancia la mayor parte de las cualidades humanas que faltan a los hombres de talento. Es magnánimo, desinteresado, noble y generoso. Y ante todo… no tiene miedo. No tiene nada que perder salvo su propia piel, pero eso a Huston no le preocupa».
Recordamos, en el 25 aniversario de su muerte, algunas de sus obras maestras a través de las palabras del brillante cineasta que rodó todos los géneros cinematográficos posibles, desde el cine negro, hasta el western, el melodrama, el cine bélico, histórico, biopics o de aventuras.

«El halcón maltés» (1941)

Esta obra supuso, de un sólo golpe, el nacimiento de cinco hitos en la historia del cine: el pistoletazo de salida de John Huston como director; la aparición del cine negro como género cinematográfico; el florecer del mito de Bogart como el moderno antihéroe, ya que fue su primera película como protagonista –hasta ese momento había encarnado papeles secundarios de matón y gánster–; el mito del detective cínico, mujeriego y misógino; y el de la mujer fatal (papel de Brigid O'Shaughnessy, una asesina irresistible, protagonizada por Mary Astor).
Tras trabajar con el guión de «El sargento York» de Howard Hawks (1941) y «El último refugio» (1941) de Raoul Walsh, la Warner renovó el contrato a Huston como guionista. Esto le daba la posibilidad de dirigir una película.
John Huston no dudó, y decidió rodar «El Halcón maltés». Humphrey Bogart fue el protagonista porque George Raft rechazó el papel, ya que no quería trabajar con un director sin experiencia.
Esta película fue filmada dos veces anteriormente, pero fracasó por el guión –los anteriores directores cambiaron y añadieron escenas– y nunca se llevó a la gran pantalla. Huston rodó esta obra tal y como era, sin cambiar un ápice de la novela de Dashiell Hammett. El productor de la película, Henry Blanke dio un sabio consejo al director novel: «John, solamente ten presente que cada escena, cuando la ruedes, es la escena más importante de la película».
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John Huston quiso hacer en la propia película un guiño a Bogart. Al final de la obra, en la penúltima secuencia, cuando uno de los policías (Wart Bond) coge la estatua dice: «Ummm, pesa mucho. ¿Qué es?» y Bogie –Sam Spade en la película– responde: «El material con el que están hechos los sueños». Esta frase, de William Shakespeare, se le ocurrió a Humphrey Bogart, y Huston decidió incluirla.
«El halcón maltés» consiguió tres candidaturas a los Oscar en 1942: a la mejor película, al mejor guión y al mejor actor secundario (era la primera vez que, Sydney Greenstreet, con 62 años, debutaba en el cine. Él había trabajado durante 40 años en el teatro). «Todos pensábamos que estábamos haciendo algo bueno, pero ninguno pensaba que «El halcón maltés» sería un gran éxito, y que con el tiempo se convertiría en un clásico», expresó Huston en sus memorias.
Después el cineasta norteamericano rodó «A través del Pacífico» (1942), una película que era casi consecuencia de «El halcón maltés», más o menos con el mismo reparto.
Algunas curiosidades
La belleza de Mary Astor enamoró a todos los hombres de la película, excepto a Bogart que la veía como una compañera más. La actriz tuvo un romance con John Huston durante el rodaje. Para el director, Astor era «la perfección ideal de la asesina seductora».
«El halcón maltés» se rodó en 34 días, finalizó dos días antes de lo previsto por la Warner, y costó 381.000 dólares. Ocupa el sexto puesto de la lista de la American Film Institute de las diez mejores películas de misterio.
Humphrey Bogart trabajó como actor protagonista en seis películas de John Huston: «El halcón maltés»; «A través del Pacífico»; «El tesoro de Sierra Madre»; «Cayo Largo»; «La reina de África» y «La burla del diablo». Su amistad duró toda la vida.

«El tesoro de Sierra Madre» (1948)

Fue una de las primeras películas americanas que se rodó íntegramente en exteriores, fuera de Estados Unidos, en México. La acción de la historia transcurre a finales de la década de los 30, años después de la revolución, aunque todavía el país estaba lleno de secuelas.
Esta obra magistral de Huston, protagonizada por Bogart, Tim Holt y Walter Huston –el padre del director y uno de los mejores actores secundarios de los años dorados de Hollywood–, nos muestra el peor lado del ser humano. Cuando la codicia, la avaricia, el egoísmo y la envidia corrompen al hombre por descubrir y acaparar el oro en Sierra Madre.
«Una de las razones por las que yo tenía tanto interés en hacer esta película era que el papel de viejo cascarrabias, Howard, me parecía perfecto para mi padre. En cuanto me dieron el visto bueno para hacer la película, le llamé. Había escenas en las que mi padre tenía que hablar en español. Él no sabía el idioma, así que hice que un mexicano grabara su diálogo y mi padre lo memorizó. En la película hablaba el español como un nativo. Era ciertamente la mejor interpretación realizada en ninguna película que yo haya dirigido. El tesoro es una de las pocas películas mías que cuando me la encuentro en la televisión no cambio de canal. Cuando mi padre baila esa danza triunfal delante de la montaña, lanzando insultos a sus compadres, se me pone la carne de gallina y los pelos de punta», confesó el director.
El rodaje de «El tesoro de Sierra Madre» se interrumpió, durante unas semanas, porque el periódico «Tampico» publicó un artículo en el que afirmaba que se habían tomado fotos, y éstas eran un descrédito para México. Y que, incluso, los mexicanos habían tirado piedras contra el equipo. Pero nada de verdad había en esas palabras. Los artistas Miguel Covarrubias y Diego Rivera fueron a hablar con el presidente de México para desmentir el artículo. Tras ello se reanudó el rodaje, y el director del periódico que escribió ese artículo, a las 2 ó 3 semanas, fue asesinado porque un marido celoso lo encontró en la cama de su mujer.
Esta película ganó tres Oscar de cuatro nominaciones (mejor director, actor secundario –Walter Huston– y guión); sólo se le resistió la estatuilla a mejor película, ya que perdió contra «Hamlet», la adaptación de Laurence Olivier.
En «El tesoro de Sierra Madre» destacan los ingeniosos diálogos de este peculiar trío de protagonistas; la fotografía de Ted McCord, la música de Max Steiner y el excepcional guión adaptado de la novela de Ben Trave, realizado por el propio John Huston.
Durante el rodaje de esta película, Huston y Bogie tuvieron su única pela. Bogart sólo pensaba en ir a disputar una regata en Honululú con su barco Santana, por ello, no paraba de preguntar al director cuándo sería la fecha del final de la película porque el acontecimiento iba a disputarse pronto.
Cuando un día, Huston pidió que se repitiese una escena del diálogo de su padre, Bogart le preguntó por qué, la hizo refunfuñando y salió bien. «Pero esa noche, durante la cena, Bogie empezó a dar la lata de nuevo con lo de la regata a Honululú. De repente me harté. Bogie se inclinó sobre la mesa hacia mí insistiendo en algún punto, y yo tendí la mano, le agarré la nariz, entre el dedo índice y el corazón. Hubo un silencio en la mesa», relató Huston.

«Cayo Largo» (1948)

Huston había decidido que esta iba a ser la última película con la Warner Brothers. «No sólo estaba enojado porque en 1946 Jack Warner se había negado a permitirme dirigir una película basada en la obra de Eugene O'Neill «A Moon fot the Misbogotten», sino que estaba insatisfecho con el estudio en general. El ambiente del lugar estaba cambiando. Su gran periodo innovador declinaba, si es que no había pasado ya».
Huston comentó en sus memorias «lo que más me recuerda la mayoría de la gente de «Cayo Largo» es la escena de la presentación, con Eddie en la bañera con un puro en la boca. Parecía un crustáceo sin su concha».
La mayor parte se rodó en los estudios de la Warner Brothers, debido a que la acción transcurría en un hotel de vacaciones; y en Florida tomaron unos cuantos planos de ambiente.

«La reina de África» (1951)

«James Agee era poeta, novelista y el mejor crítico de cine que ha tenido este país. Jim Agee era un Poeta de la Verdad; un hombre que no se preocupaba en absoluto por su apariencia, solamente por su integridad. Ésta la preservaba como algo más valioso que la vida. Llevaba su amor por la verdad hasta el extremo de la obsesión», expresó Huston sobre este crítico cinematográfico que realizó el guión de esta obra.
Agee no pudo terminar el final del guión ni ir al rodaje en África ya que le dio un infarto. Aunque el médico le dijo que dejase la bebida y el tabaco, él no hizo caso y siguió llevando su vida. En 1955 tuvo otro ataque al corazón y ese le mató.
«Cuando Katie (Katharine Hepburn) se reunió con nosotros al principio, parecía un poco escéptica respecto a todo el proyecto. Me consideraba un director joven e inexperto, y yo percibía sus reservas. Creo que contemplaba a la gente con considerable desconfianza hasta que demostrasen lo que valían. Lo más importante en relación a la película, sin embargo, era que su interpretación no era adecuada», comentó el director.
Aunque Huston le hizo algunas sugerencias sobre su papel, ella las ignoró y hacía todo lo contrario a lo que le indicaba. Pero, al tercer día de rodaje, cuando ya iban a entrar en escenas fundamentales, se reunió con ella: «Le dije que su interpretación estaba perjudicando a la película y al personaje. Que su actitud hacia Charlie (Humphrey Bogart) la ponía a la misma altura que él, mientras que debería considerar a Charlie tan por debajo de ella que le tratase como una señora trata a su criado. Esto, y no la grosería, es lo que pondría una verdadera distancia entre ellos», aconsejó Huston. A partir de ese momento, Katharine Hepburn bordó su papel.
A diferencia de Hepburn, que demostró su valentía yéndose a cazar en varias ocasiones con Huston, y donde estuvieron en apuros en una ocasión con una manada de elefantes, «a Bogie no le agradada África. Al contrario que Katie, él no consideraba esto como una aventura. Nunca salió de caza conmigo. Prefería sentarse en el campamento, con una copa en la mano, y contar historias. Sospecho que jamás habría ido a un lugar como África de no ser conmigo. A Bogie no le importaba tanto dónde actuaba sino cómo actuaba y, desde luego, hubiese preferido estar en su casa. Le gustaba la vida nocturna de París o Londres, pero a la hora de trabajar, no veía por qué no podía hacerse cómodamente en un estudio».
«Siento especial ternura por «La reina de África» y todas las personas relacionadas con ella. Me dio cierta pena cuando llegó el momento de abandonar las cataratas Murchison y regresar a Entebbe... y a la civilización», confesó el cineasta.

Muerte de Humphrey Bogart

«La burla del diablo» (1953) fue la última película de las seis que Huston hizo con Bogart. Durante el rodaje de «Moby Dick» (1956), el director se enteró de que a Bogie le habían operado de la garganta, pero se recuperaría sin problemas. Sin embargo, aunque el actor no lo sabía, ya que su mujer (Lauren Bacall) no quiso decírselo, el cáncer de esófago del actor era terminal.
Huston pronunció unas breves palabras de despedida en el funeral de Bogart; quiso describir sus últimos días, su «puro valor animal» porque «uno admiraba su grandeza, se animaba y se sentía extrañamente alegre, orgulloso de estar allí, orgulloso de ser su amigo, el amigo de un hombre tan valiente...». Por ello, «no tenemos motivos para sentir pena de él, sólo de nosotros mismos por haberle perdido. Es completamente insustituible. Nunca habrá otro como él».

«Moby Dick» (1956)

Esta fue la película más difícil que hizo John Huston a lo largo de su carrera cinematográfica. El guión está basado en la novela de Herman Melville. Durante el rodaje perdieron varias ballenas que estaban sujetas con alambres, debido al oleaje, lo que hizo que el coste del film incrementase de manera desorbitada.
El último tercio de la película se rodó en las Palmas de Gran Canaria durante la Navidad de 1955. Fue decisivo porque tuvieron que construir la tercera ballena para una de las escenas más importantes; si la perdían –las dos anteriores se extraviaron frente a la costa de Fishguard (Reino Unido)– el rodaje y la obra se suspendería debido al alto precio de producción.
Esta película, a pesar de que Huston pensaba que era buen film, los críticos no estuvieron de acuerdo. El papel protagonista de Gregory Peck no convenció, ya que el capitán Ahab, en la obra de Melville, era un anciano y Peck cuando la rodó tenía 38 años. El actor reconoció que había sido demasiado joven para el papel y dijo: «La película requirió más. En ese momento, yo no tenía más en mí».
Sin embargo Huston expresó en sus memorias que: «Ahora la película está siendo justamente valorada, y Gregory Peck recibe el aplauso que siempre mereció».

«Vidas rebeldes» (1961)

Arthur Miller escribió el guión de esta película e incluyó un papel para su mujer, Marilyn Monroe. Aunque Huston no conocía la obra de Miller, leyó la obra y le pareció excelente.
Huston ya había trabajado con Monroe en 1950 en «La jungla de asfalto», para el director «ese papel fue el comienzo para Marilyn», con el que siempre le estuvo agradecida. Diez años después, trabajó de nuevo con Huston en «Vidas rebeldes», el último largometraje de la actriz.
Huston dijo sobre Marilyn: «no actuaba; quiero decir que no fingía las emociones. Era algo auténtico. Se metía hasta el fondo de sí misma, encontraba esa emoción y la hacía aflorar a la conciencia. Es posible que en eso consista toda interpretación realmente buena».
El problema de Marilyn era que siempre llegaba tarde al rodaje. Sin ella, no podían grabar ninguna escena, ya que aparecía en todas. Además, era adicta a los somníferos. Incluso tuvieron que parar el rodaje durante dos semanas porque tuvieron que ingresarla en el hospital de Los Ángeles. Este hecho hizo que aumentasen los costes de la película hasta cuatro millones de dólares.«Sólo el reparto convertía en«Vidas rebeldes» en la película en blanco y negro más cara -en costes fijos- que se había hecho hasta entonces», relataba Huston en «A libro abierto».
Uno de los mitos asociados a «Vidas rebeldes» fue que Clark Gable había muerto de un ataque al corazón debido a que había hecho esfuerzos excesivos durante el rodaje. «Eso es una estupidez total. Hacia el final de la película había una lucha entre Clark y el semental atrapado por los vaqueros. Parecía un trabajo durísimo, y lo era, pero los que fueron zarandeados y arrojados al suelo eran los especialistas, no Clark», desmintió el director.
«Debido a la muerte de Clark y a la tragedia de ver a Marilyn destruyéndose a sí misma lentamente, mis recuerdos de «Vidas rebeldes» son fundamentalmente melancólicos», confesó Huston.

«La noche de la iguana» (1964)

Antes de empezar a rodar esta obra basada en la novela de Tennessee Williams, el productor Ray Stark y John Huston debatieron cómo sería la película. Finalmente determinaron que, a pesar de que Ray propuso rodarla en color, sería en blanco y negro porque sino el color del mar, el cielo, la jungla, las flores o las iguanas distraerían la atención. «El blanco y negro pondría el énfasis donde tenía que estar: en el argumento. Ray cedió. Ahora creo que probablemente me equivoqué», confesó el director en sus memorias.
El reparto de esta película tenía una red de relaciones de parejas y exparejas que provocó que se hicieran muchas conjeturas y suposiciones de lo que iba a suceder a lo largo del rodaje. Huston antes de empezarlo compró cinco pistolas doradas que entregó a Elizabeth Taylor; Richard Burton; Ava Gadner; Deborah Kerr y Sue Lyons. Cada pistola llevaba cuatro balas de oro grababas con el nombre de cada uno de los otros.
«Acudió gran número de periodistas; creo que ninguna de mis películas había despertado tanto interés en la prensa. Había más reporteros que iguanas en el lugar del rodaje. Vinieron periodistas y fotógrafos de todas las partes del mundo, y aunque llegaban y se iban en manadas, siempre había por lo menos una docena por allí, esperando al gran día en que se desenfundaran las pistolas y empezara el tiroteo». Pero «esperaron en vano. No hubo fuegos artificiales. Todos los miembros del reparto se llevaron estupendamente», relató Huston en sus memorias.

«El hombre que pudo reinar» (1975)

El título se alteró ligeramente en España por la censura, Franco acababa de morir pero no se podía incluir la palabra rey en la obra, por ello se tradujo «The man who would be king» (El hombre que sería el rey) a «El hombre que pudo reinar».
John Huston deseaba por encima de todo rodar esta película, de hecho lo intentó hasta en cuatro ocasiones (1947, 1956, 1961 y 1975). Tuvieron que pasar tres décadas hasta que logró llevar a la gran pantalla el breve relato de 30 páginas de Rudyard Kipling con un presupuesto de cinco millones de dólares.
Tras buscar y reflexionar cuál sería el mejor lugar para el rodaje (India, Pakistán, Afganistán, Nuristán), decidieron la cordillera del Atlas en Marruecos: «No habría ninguna duda de que la película podría rodarse allí íntegramente. Incluso las secuencias del mercado y las calles podían rodarse en Marraquech y hacer que se pareciera lo suficientemente a la India. Así que nos instalamos en Marruecos e hicimos de Marraquech nuestro cuartel general», expresó el director.

«Dublineses (los muertos)» (1987)

«Los muertos», película que adapta el relato «The Dead» de la serie de la colección «Dublineses» de James Joyce, es la última obra que realizó John Huston, y que se proyectó y distribuyó póstumamente.
En «Dublineses» participaron los hijos del director, Anjelica Huston, una de las protagonistas –que consiguió dos años antes un Oscar a la mejor actriz secundaria por su interpretación en «El honor de los Prizzi» (1985)–, y Tony Huston que realizó el guión muy fiel a la historia de Joyce. El cambio más llamativo en la historia fue la inclusión de un personaje que canta una canción, y hace que Gretta (Anjelica Huston) recuerde un episodio que marcó para siempre su vida.
Huston dirigió la película desde una silla de ruedas, con tubos de oxígeno y enfermo del corazón. La mayoría de veces tenía que ver a los actores por un monitor de vídeo y utilizar un micrófono para hablar con el equipo. El director sabía que su vida se estaba apagando, pero en «Dublineses» expresó, a través de los personajes y de unos excelentes diálogos, dramatismo y simpatía; mezcló, como nunca antes lo había hecho en ninguna de sus obras, el amor con el dolor.
El rodaje de la película duró cuatro meses, de enero a abril. John Huston murió el 28 de agosto de 1987 en Middletown con 81 años.
La fuerza de su personalidad se trasluce en el lugar elegido para vivir, una finca en Las Caletas, cerca de puerto Vallarta (México) rodeada de jungla y enfrente del mar, donde el director decidió narrar su vida.
John Huston rodó 29 películas a lo largo de su carrera cinematográfica. La Academia de Hollywood le premió en 1948 con dos Oscar por «El tesoro de Sierra Madre» (mejor película y guión); y fue candidato en otras ocho ocasiones a la mejor película.

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