sábado, 2 de mayo de 2020

Un hombre del secreto/misterio o un lector curioso y frustrado?


Solo hoy en dia puedo entender el Diario del arqueólogo cuyo ultimo párrafo es de 1920 gracias a David Eagleman, uno de los neurocientíficos más brillantes de la actualidad, realiza en 'Incógnito' un repaso a nuestro conocimiento sobre la simple complejidad del cerebro y también viene en mi ayuda Mauricio Beuchot, filósofo mexicano, desarrollador de diversos títulos referentes a la filosofía medieval, filosofía analítica y filosofía del lenguaje el lector, o hermeneuta, puede desentenderse de las intenciones del autor, desestimar la noción de objetividad e interpretar sin límites(...) es decir, a una posibilidad inagotable de interpretar un texto o fenómeno, inmiscuyendo al máximo la subjetividad del lector, sin la presencia del sentido literal, solo de sentidos alegóricos."


Me encontraba en la Estación Termini de Roma un tibio día de agosto de 1959; una cita con una rumena que había conocido en Viena. Apenas había terminado la II Guerra Mundial hace escasos 14 años. Nunca hubiese imaginado aún con una imaginación más fértil lo que me sucedería tiempo después. 

Hoy a 60 años de esos momentos siguen intactos en mi memoria, a flor de piel esos sentimientos  melancólicos   que atropelladamente me atraparon. Fijados en esa época que se repiten a cada instante que una voz,  sonido,  libro retrotrae inexorablemente mi memoria  adhiriéndose, sobrepuestos  a  nuevos hechos, otras personas de estos últimos sesenta años. Los sentimientos del pasado se repiten una que otra vez  en cada nueva situación. Cada vez que tenia una cita -la pequeña demora- me apretaba al cuello guindándose esa sutil  angustia similar a de aquel día de agosto en Roma. Pasado un corto tiempo minutos  esa sensación desaparecía importándome poco si la persona esperada llegaba o no.
Es como pagar una penitencia, sufrimiento que regresa retrotrayéndome al pasado, mortificándome, desposeyendo  el presente.
Costumbrismo en estilo académico chino por Zhou Wenju.


"Un día, a mediados del siglo noveno,en el noreste de la China, en el monasterio que dirigía Lin Tsi, el maestro de la secta budista T ch'ang , subió a la cátedra y dictó la más célebre de sus lecciones: "Sobre vuestro conglomerado de carne roja hay un hombre verdadero sin situación, que sin cesar entra y sale por las puertas de la cara. ¡A ver qué opina de esto alguno que no haya hablado todavía!'. 
Uno de los monjes salió del grupo y preguntó cómo era el hombre verdadero sin situación. El maestro bajó de su banco de meditación y atrapando al monje e inmovilizándolo, le ordenó: '¡Dilo tú mismo, dilo!'. El monje vaciló. El maestro lo soltó y dijo: 'El hombre verdadero sin situación es un montoncito cualquiera de excremento'. Y se volvió a su celda".

A través de los siglos llegamos Der Mann ohne Eigenschaften (El hombre sin atributos en la traducción castellana)" de Robert Musil pero no es Ulrich, el protagonista que es  un espíritu racional, sistemático, amable y jovial. Su vida transcurre en el marco de una banal existencia burguesa. Ulrich es un ser humano similar a esos estudiados por Bauman en una sociedad liquida. Mi interés  como lector del misterio es Moosbrugger: delincuente condenado a muerte por el asesinato de una prostituta que asa sus últimos días reflexionando sobre la naturaleza de la realidad. Igual que me intereso el Vampiro de Duusedorl el sádico asesino que sembró el caos en la Alemania de entreguerras Peter Kürten(1883-1931) acusado de nueve asesinatos, siete intentos frustrados y más de 80 agresiones sexuales muchas de ellas a menores de edad, fue sentenciado a muerte en la guillotina, muere poco antes que la película fuera estrenada.


Denominado "El Vampiro de Düsseldorf" por haber confesado que bebió sangre de algunas de sus victima, una de ellas quedo viva pudiendo atraparlo por su descripción. En la película que hay claves igual en el libro de Robert Musil que es un esfuerzo heroico
El hombre sin atributos

en cuya composición dedicó largos años, sin que le disuadieran de ello graves incidentes personales: su expulsión de Alemania en 1933, a raíz del ascenso al poder del nazismo, y de Austria en 1938, y la amarga miseria de su asilo en Suiza en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Que hace un hombre dedicar todos sus esfuerzos a una obra cuyo primer tomo no obtuvo el éxito esperado?






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