viernes, 8 de septiembre de 2017

Critica de la razón cínica Peter Sloterdijk


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Crítica de la razón cínica (PDF) – Abgrund


Arte, razón, cinismo, crítica... ¡Sloterdijk!

La obra que lanzó s Sloterdijk a la fama internacional se publicó a principios de los 80: Crítica de la razón cínica. El propio título ya nos pone sobre la pista a todos los que hemos pasado por las clases de Historia de la filosofía del último curso del bachillerato: hay ecos de Ilustración y aquella descomunal Crítica de la razón pura de Kant, pero también algo de ladrido de Diógenes. Un ladrido, eso sí, más formal y académico que el que sale de la boca de Zizek. La razón, viene a decirnos Sloterdijk, ha visto ya cuáles son sus capacidades y sus límites y nos muestra su lado más cínico con actuaciones irracionales. No es de fiar esta compañera de viaje que nos hemos buscado. La crítica de la razón cínica es, en el fondo una crítica de la razón. Sin adjetivos, aditivos, colorantes, ni conservantes. Principalmente porque la razón suele manifestarse como más poderosa de lo que en realidad es, y este es el mayor de sus cinismos.
Con todo, sería un error, tanto con Sloterdijk como cualquier otro, el encerrar todo su pensamiento bajo la etiqueta de “postmoderno” y pasar página, llevados quizás por cierto hastío hacia la crítica a la razón que empieza a propagarse. Y es que Sloterdijk va mucho más allá de una mera destrucción de la razón que comenzó en filosofía hace ya más de cien años. Un mero botón de muestra: su famoso viaje a la India, donde se convirtió en uno más de los seguidores de Osho, el líder-gurú-timador más polémico del siglo XX en el país oriental. No es que el filósofo alemán se “convirtiera” en una fervoroso hindú: pero buena parte de la ironía, de la cosmovisión de la naturaleza y de nuestro lugar en ella estará presente, de una forma más o menos identificable, en toda la obra de Sloterdijk.

Crítico de la razón, influencias orientales… y un firme defensor de la biotecnología como camino de transformación de la humanidad. ¿Evolución intelectual o una pura provocación, una contradicción en el seno de una filosofía que critica la razón? Es difícil dar una respuesta, pero lo cierto es que la discusión Habermas-Sloterdijk fue uno de los fuegos filosóficos que más y mejor prendió en el cambio de siglo. La crítica de Sloterdijk a toda la tradición humanista es devastadora: lo que no han logrado siglos de arte, literatura y filosofía podría alcanzarse gracias a la biotecnología en apenas unas décadas. ¿Confiaremos entonces en la razón tecnológica y científica esperando de ella una redención de la humanidad? ¿Puede esa razón cínica que denuncia Sloterdijk en su obra sobreponerse al cinismo y llevar a la humanidad de formas de vida mejores por medio de la intervención genética? Preguntas abiertas, cuyas respuestas hemos de intuir en la obra de Sloterdijk, aunque algunas de ellas quedan marcadas por Las normas para el parque humano, la obra que desató la polémica con Habermas.

Nos falta aún una idea más para invitar a la lectura del cínico que critica la razón cínica: su labor académica como profesor de estética. Algo que se ha dejado ver más en sus últimas obras. La trilogía Esferas nos muestra un filósofo más literario, más cercano por otro lado a la estética, el arte y la vida cotidiana. Espacializar el pensamiento y mostrar sus más escondidos rincones es el objetivo principal de BurbujasGlobos y Espumas, los tres títulos que integran la obra y que son ya suficientemente sugerentes: no sabe uno si está ante el nombre de un videojuego o de cualquier otro producto gastronómico o de belleza de estos tiempos nuestros en los que todo se mezcla de una forma asombrosa. Lo que el lector encuentra en Esferas es un ejercicio a medio camino entre la filosofía, el arte, la religión y la geometría, lleno de referencias culturales que nos muestran el enorme potencial filosófico de Sloterdijk. Un pensador que, como los buenos cínicos, tan sólo puede ser encajado con un adjetivo: inclasificable.

Para saber más:

Miguel Santa Olalla | 17 de noviembre de 2013


http://librodenotas.com/pacuatroquepiensan/25088/arte-critica-cinismo-sloterdijk
Esferas, I / Critica de la razón cínica

Peter Sloterdijk

Trad. I. Reguera. Siruela. 583 pp. 39’50 euros / Prol. Safranski. Trad. M.A. 
Vega. Siruela. 786 pp, 39 euros
JACOBO MUÑOZ | 01/05/2003 | 

Peter Sloterdijk. Foto: M.R.
La publicación en 1983 de Crítica de la razón cínica, cuya versión española acaba de reeditar con excelente criterio Siruela, hizo famoso a su autor de un día para otro.

Pero no hay éxito inocente y el de Sloterdijk tiene sus razones. Habría, en principio, una cuestión de estilo, de tono. Que es mucho más que eso. Lejos de las rígidas convenciones de la filosofía académica, Sloterdijk procedía en su primer gran libro a enfrentarse a su conturbado tiempo -el nuestro- con otras armas y otros fines: las de una escritura vivaz, consciente de su secreta afinidad con una soterrada musicalidad íntima, deudora de la “gran” retórica clásica y cerrada a toda rígida separación entre lo filosófico y lo literario. Las armas de un fenomenonólogo agudo, atento y perspicaz, que optaba por pensar el presente. Por elaborar una “ontología de nosotros mismos”. Algo sobre cuya proximidad al modo francés de hacer no habrá que insistir demasiado.

Está, por otra parte, la fuerte capacidad de interpelación de su aventura intelectual, de esa “ontología de nosotros mismos” que es su vasta confrontación con “lo que ha sucedido en el siglo XX”, con “todas esas catástrofes que ha causado la razón teleológica”, con el nefasto “sueño ilustrado de condicionar la historia mediante la planificación política”, con todos esos rasgos epocales cuya mejor glosa sería para Sloterdijk el famoso cuadro de Goya El sueño de la razón engendra monstruos. Y, a la vez, su independencia radical a la hora de hacer suyas propuestas de pensadores incómodos y no siempre afines entre sí: Nietzsche y Heidegger, pero también Adorno.

Lo cierto es que Crítica... puede leerse como una actualización tan apasionada como provocadora de la vieja Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer. No son ya el nihilismo en ascenso, la conversión de la razón en un nuevo mito o el inclemente dominio de la razón instrumental lo que Sloterdijk describe y denuncia con una prolijidad y un afán de exhaustividad acaso excesivos, sino el cinismo difuso de nuestras fatigadas sociedades. Ese “nuevo cinismo” que actúa “con una negatividad madura que apenas proporciona esperanza alguna, apenas a lo sumo un poco de ironía y de compasión”. Un cinismo que Sloterdijk define como “falsa conciencia ilustrada”: la que quienes sabemos que todo ha sido desenmascarado y no pasa nada, como sabemos que las cosas no son lo que parecen y sabemos también por qué, sin inmutarnos por ello.

Va de suyo que el salto a un discurso ético “comprometido”, libre de las falacias y espejismos del humanismo “edificante” y fundado en una antropología filosófica de nuevo cuño, quedaba prefigurado ya, a pesar de ciertas apariencias, en la entraña a un tiempo crítica y ambigua, de este primer gran libro suyo. A partir de ahí Sloterdijk se ha limitado a cumplir -brillantemente, eso sí- el programa. Y lo ha hecho a lo largo de un camino salpicado de polémicas a través de la biotécnica y de la antropotécnica, de la invitación a pensar el “paso del fatalismo de los nacimientos al nacimiento pocional y a la selección prenatal”, a pensar, en fin, hasta el fondo y sin anteojeras, la producción misma de seres humanos. Un camino cuya estación última cabe cifrar precisamente en Esferas, esa gran trilogía cuya primer volumen aparece hoy, en traducción excelente, en nuestra lengua.

La antropología que Sloterdijk se proponía elaborar desde un principio como genuina filosofía primera de nuestro tiempo irrumpe ahora con gesto seguro a la manera de una “inmunología general”. El hombre previene catástrofes y azares futuros, lucha por conferir seguridad a su vida, que lo es siempre en unos espacios vividos y vivenciados, en unas “esferas” entre las que nos movemos y entre las que no siempre hay armonía, sino crisis y conflictos. El volumen que hoy ve la luz se ocupa de las formas primordiales de la intimidad -como la de la “clausura en la madre”-, de las “burbujas”, y de entre sus páginas surge la imagen fascinante del hombre como un ser-en-esferas, siendo ése su “existencial” básico, por decirlo con Heidegger. Y surge, además, en el marco de un despliegue de referencias éticas, estéticas, filosóficas, históricas y culturales en general de inusitada densidad. Un libro para ser leído a grandes sorbos lentos. Valdrá la pena.
 

http://www.elcultural.com/revista/letras/Esferas-I-Critica-de-la-razon-cinica/6977

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