sábado, 30 de septiembre de 2017

CORONACION (1976) (LA LOCURA DE NO ENAMORARSE )






CORONACIÓN



LA LOCURA DE NO ENAMORARSE
Don Andrés tiene miedo de existir; siempre lo tuvo; nunca se atrevió a afrontarlo; prefirió deambular  en paseos diarios mientras cavilaba  sobre tal o cual personaje de la historia  apoyado en su  bastón de prístino  burgués para recordar su grandeza hereditaria, rindiendo homenaje a su vida disipada, la que, como sus millones, dilapidó, no por falta de cuidado, sino por exceso del mismo.  Sin síntomas aparentes , excepto su extraña preocupación por su "gordura", -creciente en su imaginación-, el neurótico Don Andrés es un hombre maduro en edad mas no en experiencias; no tiene historias ni anécdotas para contar, y de tenerlas no tendría a quien contárselas, es un hombre solo. Tan sólo frecuenta al vendedor de finos bastones y a un compañero de clase  que le recrimina el hecho de no haberse apasionado con nada en su vida: con una mujer, con una labor, con un vicio...
Te ha hecho falta  enamorarte de verdad...
Nada explica su vida fuera de los libros que lo obsesionan, los que,  constituyen su más sobrada jactancia, después de su  infaltable báculo, signo de poder burgués y artilugio depositario del legado aristócrata. Este bastón expresa una extensión de su virilidad, la que se empeña en mostrar socialmente, empuñándolo, a falta de obras que hablen de sus deseos, de sus diezmadas fuerzas, de al menos, un ápice de vida útil; es su único punto de apoyo en la vida. Andrés es un niño anciano.
"La única experiencia tal a la que puedo aspirar es a la muerte" 
Desde luego, la personalidad aciaga de don Andrés, no responde necesariamente a su voluntad: Envolviéndolo como tornado de humo asfixiante está su abuela, una anciana corroída por sus prejuicios de clase y que pasa sus últimos días  aferrada la opulencia de tiempos pasados, donde según ella todo era ordenado y puro: no habían revoluciones. El desprecio evidente a su nieto solterón, cruzado con un amor agobiante hacia el mismo, hace inferir una educación castradora en el niño Andrés, niño que insiste en frenar  el  bienestar psíquico del viejo Andrés; de hecho siempre se reclaman mutuamente por sus complejos; Andrés vive inmerso en su infancia, preso en las culpas que con refinada represión instaló la matrona burguesa en su imaginario y que ahora le enrostra la foto de su niñez:
"Tú tienes la culpa Andrés, estás acabado".
Son vínculos familiares herrumbrados por la culpa; es una cadena de culpabilidades que no cesa:
Andrés: "...tú tienes la culpa de lo que me pasa, vieja inmunda ¿por qué no te mueres abuela?
Pero de las tinieblas de la mansión burguesa emerge una cándida figura que si no cambiará  las disociaciones que  abordan los talantes de la abuela y el solterón, si le pondrá punto final; se trata de un elemento que no encuadra en la bajeza de las formas y rituales aristocráticos, que se sustrae a la ruindad de lo opulento; es la inocencia, que hace su entrada en los afectos de los personajes centrales, para avivarlos, aunque no de la mejor manera. La pureza de  Estela, una humilde campesina  que engrosa la lista del servicio doméstico gracias a su tía - quien ya ha tenido paciencia suficiente para cuidar a la abuela- , no logra sublimar las pulsiones de abuela y nieto; en cambio,  los deseos se desbocan en planos de la moralidad cultural de cuestionable validez, tocando tangencialmente como objeto a  la noble muchacha, pero desviados ahí, justo en el punto de tangente. Las clases minoritarias siempre se han considerado superiores a cualquier ordenamiento normativo social o cultural; no en vano son ellos quienes elaboran las leyes jurídicas en tiempos contemporáneos; así que la virginal Estela corre el riesgo de ser "pervertida" por los patrones de la vieja casona.
La cosa es así: la abuela se obsesiona con la idea de  convertir a Estela en una ladrona; para tal efecto cuenta y deja dinero suyo al alcance de las delicadas manos de la joven criada. Induciéndola al robo, esta  abuela encuentra profundo gozo en la degradación de los débiles. El placer, que según ella "es una cochinada, una inmundicia", anega su interior al poner trampas -tentaciones- a  la muchacha; rodeada de íconos religiosos, la vieja actúa como aquel demonio tentador tan vituperado en sus oraciones. Puede llamare hipocresía esta práctica, pero lo que en realidad delata este comportamiento es una mentalidad esquizoide que como todas, se esconde a sí misma, tras el velo de una supuesta " moral perfecta", habida cuenta su " superioridad" de clase.
Para  Andrés, la transparente belleza de Estela significa la oportunidad de enamorarse, pero no de alguien, sino de algo; por eso la exigua presencia de un amor que podría redimirlo y devolverle la vitalidad  que nunca tuvo para luchar contra sus miedos, lo confunde aún más. ¿Qué siente por ella? ¿Compasión?, ¿pasión?, ¿desprecio?; es muy difícil precisarlo porque Andrés todavía está atado a los sentimientos infantiles por su abuela; no ha podido liberarse de su sombra, sus emociones  no son claras. Sin embargo, puede entreverse ese no reconocimiento del amor hacia la joven, dada la disociación de su carácter; por un lado experimenta una fuerte ternura y por el otro una sensualidad desbordante; la podría tener como Mujer, pero también como hija, aunque  entiende que no la puede desdoblar; optará entonces por hundirse en sus fantasías. Llegará el momento en que no las pueda distinguir de la realidad.
 Andrés: "...ayudarla a ser feliz como en las novelas ¿ después qué? no me extrañaría que sintiera ganas de asesinarla."
Pareciera que la neurosis de Andrés, se presentara como la neurosis social de la historia mexicana, mientras que sus temores se agigantan....

Como se ha podido observar  " Coronación" está articulada en torno a tópicos psicoanalíticos que delimitan la historia, eso sí, enmarcada en un contexto socio-político de lucha de clases. La Escuela de Frankfurt el Freudomarxismo parecen nutrir el imaginario de la novela de José Donoso- hecho que quien escribe considera más que meritorio-.Así pues, paralelo al lujo barroco de la mansión, tenemos las penurias de la clase subordinada. Mario es un joven trabajador de una tienda quien de la noche a la mañana se ve despedido sin justificación alguna; muchacho noble y esperanzado en un mejor futuro, será el primer hombre en la vida de Estela y el motivo de los celos de Andrés, quien más allá de detestarlo por ser el novio de su ingenua criada, envidia su juventud, su vigor, su valor, en suma, su equilibrio. Mario  por su parte debe soportar toda la pesadumbre moral de su familia, constituida por su hermano- vago y ladrón- , su cuñada- una mujer desdentada que sufre los maltratos de su marido- y sus sobrinos, por los cuales deberá velar. 
Este trabajo cinematográfico nos muestra  a través de su peculiar ritmo narrativo- que hace recordar las películas mexicanas de Luis Buñuel- perversiones a granel, resultando empero, una sucesión de encuadres serenos como parte de una cuidada propuesta estética, lejos del efectismo que se esperaría de una historia así. No obstante, hay un par de escenas convulsas, exageradas en sus decorados y agrestes en el histrionismo de su actores; esto es comprensible porque son escenas cumbre, que vuelcan en la fotografía y en la dirección artística toda la histeria de la burguesía en decadencia. Las secuencias de la fiesta aristocrática de la abuela, donde ella y sus invitadas lucen excéntricos atuendos, sueltan carcajadas demenciales y son  protagonistas de un delirio monárquico, hablan de esa desesperación de la burguesía por aferrarse a su poder, a su gloria, temerosa de las revoluciones populares.
Así que, se muestra la perversión aristocrática/burguesa (para ellos es su refinado derecho) y la perversión del lumpemproletariado, personificada en el hermano de Mario. Hay miseria humana por todos lados; es un sistema social que se resiste a la renovación histórica.

Abuela: "¡Revolucionarios de pacotilla"( lo repite varias veces a lo largo de la película)
Las ínfulas de alteza y santidad de la abuela son al fin coronados por Andrés (viejo y niño) en imagen disociada. Después le lanzan avioncitos de papel...
 País: México
Año: 1975
Director: Sergio Olhovich
Guión: Sergio Olhovich, basado en la novela homónima de José Donoso. 
Actuaciones:
Ernesto Alonso
Carmen Montejo
Segrio Jiménez
Leticia Perdigón
Aarón Hernán
Raquel Olmedo
Blanca Torres
Graciela Doring
Pilar souza.

León Plata 

http://hombremirandoalcineste.blogspot.com/2009/11/coronacion.html
Coronación

AÑO 1976 DURACIÓN 104 min. PAÍS [México] DIRECTOR Sergio Olhovich GUIÓN Sergio Olhovich, Eduado Lujan (Novela: José Donoso) MÚSICA Gustavo César Carrión FOTOGRAFÍA Gabriel Figueroa REPARTO Ernesto Alonso, Carmen Montejo, Sergio Jiménez, Leticia Perdigón,
Aarón Hernan, Raquel Olmedo, Blanca Torres, Graciela Doring, Pilar Souza













Sinopsis







La historia de Coronación habla de cierta clase social acomodada venida a menos, que se extingue lentamente y de la que quedan ya los últimos vestigios. La decadencia de esta sociedad burguesa parte de una situación que sus mismos integrantes han creado a su alrededor mediante prejuicios, problemas mentales y una inestable preparación cultural para sus propios herederos. Una clase social que, ante su inminente desaparición, sólo busca su coronación"... Primera versión de la novela de José Donoso. En Chile en el año 2000 el director Silvio Caiozzi realizó otra versión. (FILMAFFINITY)



VALMONT Pelicula completa "Brillante y ágil opereta de decadencias, lujos





”¡Una película magnífica! El guionista, Jean-Claude Carrière, y el director, Milos Forman, consiguieron algo que Las amistades peligrosas no habían logrado, es decir, el arte de expresar lo trágicas que pueden ser las consecuencias de juguetear con los corazones de los demás en nombre de la diversión”.
(Edward Lamberti, Film Salon, 2007).
¿Cuál es la venganza más demoledora? ¿La de un hombre o la de una mujer? ¿Cuál es el precio que hay que pagar por juguetear con los sentimientos de los demás? Una viuda encantadora, la Marquesa de Merteuil, empieza el juego de la venganza con su senescente amante llamado Gercourt, que la ha abandonado para casarse con una prima de ella, la joven Cecilia, criada en un monasterio.
Un amigo de la Marquesa, el Vizconde de Valmont, se convierte en el instrumento de la venganza. Él, seductor por excelencia de la corte, tiene que seducir a Cecilia antes de la boda y castigar así a Gercourt, que está deseando desvirgar a la joven.
La adaptación de Forman de la famosa novela de Choderlos de Laclos, Las amistades peligrosas, es una reflexión del autor sobre la alta sociedad francesa de finales del siglo XVIII y, al mismo tiempo, se trata de un análisis sobre el camino hacia la libertad absoluta, que no puede ser redimida sino por la separación de los valores humanos básicos, por la soledad y la muerte.

Sobre la película

La Marquesa de Merteuil pide a su ex amante, el Vizconde de Valmont, que seduzca a su prima de quince años, Cecilia. Al principio, Valmont se niega porque se siente atraído por la belleza de Madame de Tourvel, una dama casada y religiosa, que en esa época está pasando una temporada en la casa de campo de una tía mayor. La ofendida Marquesa hace una apuesta con el Vizconde. Si él logra seducir a la pudorosa mujer del viejo juez, conseguirá de nuevo el derecho de entrar en su dormitorio. No obstante, en el caso contrario, el Vizconde tendrá que ingresar en un monasterio.
Mientras, la Marquesa se aprovecha de la confianza de la ingenua Cecilia y de su amor infantil hacia un joven maestro de música, Dancy, asegurándoles que les ayudará a culminar su amor. El complicado juego de intrigas al final se vuelve en contra de sus instigadores. El inocente Dancy no quiere a Cecilia como amante, sino que es muy decente y la quiere como esposa, lo cual destruye el plan de la Marquesa por completo. Por su parte, Valmont se enamora de verdad de Madame de Tourvel. Sin embargo, después de haberla conquistado, no es capaz de aceptar su amor y la abandona.
Vuelve con la Marquesa, le pide un premio por haber ganado la apuesta y le pide la mano. No obstante, la Marquesa, orgullosa y liberal, rechaza su oferta. Con ello desencadena otro círculo de venganzas mutuas donde nadie gana y todos pierden.
Forman no retrata a sus dos protagonistas como a un par de manipuladores sin sentimientos, sino como a seres vulnerables cuyas emociones y disputas tragicómicas comprende profundamente. Su Marquesa de Merteuil es el prototipo de la mujer astuta y emancipada que se niega a vivir bajo la autoridad de un hombre. Valmont es el eterno niño que tiene tanto miedo a los compromisos que sacrifica incluso a su único amor para sentirse libre. El clímax de la película son las divertidas conversaciones entre los dos personajes promotores de las intrigas, llenas de una engañosa gracia, de sarcasmo y de vanidad humana.
A pesar de que Forman actualizó esta antigua historia sobre los modales cortesanos de forma magistral, la película pagó el precio de haber sido estrenada en los cines poco después del estreno de otra adaptación de la misma novela, Las amistades peligrosas, del director inglés, Stephen Frears, que fue muy aplaudida por el público. Se trataba de una adaptación hecha a partir de la famosa obra de teatro de Christopher Hampton.
Con el paso de los años, la película de Forman encuentra su reconocimiento, tanto por parte del público como de los críticos. Se aprecian su estilo como autor y su manera de enfatizar la realidad a través de una observación cinematográfica aparentemente imparcial, así como los minuciosos detalles psicológicos de los personajes, cosas que no tiene la versión más exitosa.

Curiosidades

  • Mientras Forman y su guionista, Jean-Claude Carrière, se inspiraron libremente en la novela Las amistades peligrosas (1782), Frears siguió la famosa versión teatral de Christopher Hampton.
  • También el director francés, Roger Vadim, hizo una adaptación de la famosa novela epistolar de Choderlos de Laclos Las amistades peligrosas. La rodó en 1959 con Gérard Philipe y Jeanne Moreau como protagonistas y adaptándola a la sociedad de esa época.
  • El guión de la película de Forman difiere en muchos detalles de la novela. En la adaptación novelística, Valmont viola a la inocente Cecilia que, vistas las circunstancias, aborta. En cambio, en la película del director checo, Cecilia se deja seducir voluntariamente y al día siguiente incluso llega a confesar que fue muy hermoso. Al final de la película nos enteramos, en su propia boda, de que está embarazada. En la película tampoco se mencionan las cartas entre Valmont y Merteuil que resultan ser la causa de su descenso social. Por otro lado, es también importante el destino de la enamorada Madame de Tourvel. En la película de Forman es menos trágico, no muere por culpa de un amor infeliz, sino que vuelve con su marido que le perdona.
  • Cuando le propusieron a Michelle Pfeiffer que interpretara el papel de la Marquesa de Merteuil en la película Valmont, le estaban ofreciendo, al mismo tiempo, el papel de Madame de Tourvel en Las amistades peligrosas. Al final, la actriz se decidió por el papel principal en la película de Stephen Frears.

Milos Forman habla sobre la película

  • ”Pasé mucho tiempo a la caza de esa locura maravillosa durante la cual no existe otra cosa que la pareja y nada importa. La vida exige que este estado no dure para siempre, pero cuando llega, nada lo supera. En mi versión de la historia, Valmont anhela justamente eso.  Es un mujeriego, un seductor con grandes éxitos en el plano amoroso, pero hace todo eso solamente porque busca un sentimiento más grande y profundo. Por ironías del destino no lo encuentra hasta que conoce a la pacata mujer del juez, Madame de Tourvel, y este sentimiento le asusta tanto que prefiere echar a la mujer, y él mismo se lanza a un duelo suicida”.
  • La relación entre Valmont y la Marquesa de Merteuil es como ese primer flirteo extraño que suele aparecer entre el director y la actriz principal de su película. Siempre siento un sentimiento profundo y mucha ternura hacia mi actriz, y la suelo animar para que también ella me descubra su corazón, su yo, sus ideas más secretas. Por eso, durante el rodaje, suele ocurrir que me enamoro de ella a través de un amor raro, que los dos sabemos que es, al mismo tiempo, una transacción sentimental que favorece a la película. No obstante, me retiro y la incito para que me provoque y seduzca y me encante aún más. Intento tenerla en mi poder; pero, al mismo tiempo, procuro no perderme en nuestro sentimiento. Tengo miedo de mostrarme delante de ella desnudo y vulnerable. Nuestra relación profesional exige cierta autoridad y misterio, pero tengo ganas de poder culminar mis deseos después del rodaje. Sin embargo, en cuanto la película se termina, me doy cuenta de que a la actriz ya no le intereso. Mi interpretación de la relación misteriosa entre Valmont y la Marquesa de Merteuil se basa justo en ese juego extraño de seducción y rechazo, en esa fascinación imposible de cumplir que experimento yo en casi todas mis películas”.
  • Valmont fue un fracaso, lo cual, en circunstancias normales, me habría postrado en cama por largos meses. No obstante, justo el mismo día de su estreno estalló en Checoslovaquia la revolución de terciopelo, que lideraba mi viejo compañero de clase de Podebrady (el escritor y disidente, Václav Havel, nota del editor)”.



AMOR Y AMISTAD Pelicula completa sátira, fina ironía, precisa en su retrato del arribismo de las clases altas.





Love and Friendship
Año
Duración
94 min.
País
 Irlanda
Director
Guion
Whit Stillman (Novela: Jane Austen)
Música
Mark Suozzo
Fotografía
Richard Van Oosterhout
Reparto
, , , , ,, , , , ,, , , ,
Productora
Coproducción Irlanda-Francia-Países Bajos; Blinder Films / Chic Films / Revolver Amsterdam
Género
ComediaDramaRomance | Siglo XVIII
Grupos
Adaptaciones de Jane Austen
Novedad
Sinopsis
Año 1790. La joven viuda Lady Susan Vernon acude a la hacienda de su familia política, con la intención de acallar los rumores acerca de su vida personal y sus flirteos en la élite social. Mientras está viviendo allí, decide buscarse un marido para ella y para su hija Federica, aunque la joven es reacia al matrimonio. Adaptación del relato corto de Jane Austen, "Lady Susan". (FILMAFFINITY)
Premios
2016: Festival de Rotterdam: Nominada para el Big Screen Award
2016: Premios Gotham: Nominada a Mejor actriz (Kate Beckinsale) y Guión
2016: Critics Choice Awards: Nom. a Mejor actriz cómica (Beckinsale) y Vestuario
2016: Seattle International Film Festival: Nominada a Mejor actriz
2016: Satellite Awards: Nominada a Mejor vestuario
Críticas

Antonio Gramsci: Una vida luchando por una sociedad mejor

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A Vanni (ayer rey, hoy guerrillero y padre feliz), con afecto
“Yo creo que la historia te gusta. Como me gustaba a mí cuando tenía tu edad,
porque concierne a los hombres vivos y todo lo que concierne a los hombres,
a la mayor cantidad posible de hombres, a todos los hombres del mundo
en cuanto se unen entre ellos en sociedad y trabajan y luchan
y se mejoran a sí mismos, no puede no gustarte más que cualquier otra cosa”.1
—Carta de Antonio Gramsci a su hijo Delio (sin fecha)




Por Roberto Breña

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Hace mucho tiempo que en Occidente el marxismo, como una serie de principios teóricos, está de capa caída, por decir lo menos. Desde un punto de vista histórico-político su derrumbe tiene dos hechos concretos como referencias básicas: la disolución de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín. Es decir, estamos ya cerca de cumplir tres décadas de que el marxismo perdió su referente político más importante (la URSS) y uno de los más influyentes (Europa Oriental). De la pléyade de escritores marxistas de fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX (entre ellos Kautsky, Plejánov, Lenin, Luxemburgo, Hilferding, Trotski, Bujarin, Lukács y Korsch) identifico dos que han salido bien librados del derrumbe de la doctrina marxista: Antonio Gramsci y Walter Benjamin. Con el ochenta aniversario de la muerte de Gramsci como excusa y como trasfondo, en estas líneas daré cuenta de algunos aspectos de la vida del primero y, al final, bosquejaré algunas ideas gramscianas que siguen teniendo vigencia para pensar las sociedades actuales. Cabe apuntar que el contexto histórico de Gramsci fue el del fascismo italiano de la primera posguerra. La Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y casi tres décadas de “hegemonía liberal” interponen un abismo entre su realidad política y la nuestra, es cierto. Sin embargo, Antonio Gramsci tiene todavía cosas que decirnos.
A diferencia de muchos otros intelectuales de izquierda, para Gramsci el socialismo no fue una impostación, por decirlo así. El socialismo fue una consecuencia natural de su vida. Nacido en 1891 de familia pobre en el pueblo de Ales, en la isla de Cerdeña, el pequeño Antonio enfrentó una situación difícil desde su nacimiento. Una situación que se hizo aún más difícil por una deformidad en la espalda producto de una caída cuando era un bebé (como consecuencia, sufrió una malformación y malestares físicos toda su vida; además, nunca rebasó el metro cincuenta de estatura). A lo anterior hay que añadir que su familia fue muy numerosa y que siendo un niño su padre fue encarcelado por fraude, aunque motivos políticos parecen haber desempeñado un papel importante. Durante más de cinco años la madre de Antonio tuvo que mantener a sus siete hijos y él tuvo que trabajar para ayudar con los gastos familiares. En una carta escrita muchos años después, Gramsci recuerda así aquella etapa de su vida: “Comencé a trabajar cuando tenía once años, ganando mis buenas nueve liras al mes (lo que significaba un kilo de pan al día) por diez horas de trabajo diario, incluyendo la mañana del domingo. Me la pasaba moviendo de lugar libros catastrales que pesaban más que yo y muchas noches lloraba a escondidas porque me dolía todo el cuerpo. Casi siempre he conocido el aspecto más brutal de la vida y he salido siempre adelante, bien o mal”.2 La conciencia social que Antonio desarrolló desde pequeño estuvo también muy influida por la situación social de Cerdeña. A la pobreza y la inseguridad, que eran endémicas en la isla, hay que agregar el odio a los italianos que le transmitieron los nacionalistas sardos (“Al mare i continentali!”, exclamó un Gramsci adolescente en repetidas ocasiones), las huelgas obreras de aquellos años, las enormes dificultades de los socialistas para influir sobre los trabajadores de la isla y la represión policiaca de nacionalistas, huelguistas y socialistas.
En julio de 1910 Antonio se inició en el periodismo; poco después la habitación que ocupaba junto con su hermano Gennaro en Cagliari fue registrada por la policía (ambos habían mostrado simpatía por el socialismo). En octubre de 1911 Gramsci llegó a Turín para competir por una beca universitaria; la obtuvo y optó por la filología moderna. Estos años fueron extremadamente duros para él, pues apenas tenía dinero, lo que contribuyó a que los inviernos turineses fueran una verdadera pesadilla. Fue durante sus estudios universitarios, concretamente en 1913, cuando decidió unirse al Partido Socialista Italiano. Colaboró asiduamente en el semanario socialista Il Grido del Popolo y en 1917 fue elegido miembro del Comité provisional del PSI. La experiencia en Turín y el contacto con los miles de obreros que laboraban en la ciudad impactaron al joven estudiante. En 1919 se convirtió en uno de los principales redactores de L’Ordine Nuovo, publicación que más tarde sería el órgano del Partido Comunista de Italia. La huelga general en Turín de 1920 terminó fracasando, pero abrió los ojos a Gramsci respecto a diversas limitaciones de la lucha obrera y a la manera de concebirla. Su ascenso dentro del socialismo había sido vertiginoso y lo mismo se puede decir de su trayectoria en el Partido Comunista, que Gramsci contribuyó a fundar en 1921. Esta trayectoria se vio cortada de tajo con su arresto en noviembre de 1926, a pesar de su condición de diputado.
A partir de ese momento y hasta su muerte en 1937, la vida de Antonio Gramsci adquirió dimensiones insospechadas para él. No sólo porque puso a prueba la entereza moral y física de un hombre físicamente débil, sino sobre todo porque fue su encarcelamiento el que le permitió escribir las miles de páginas que con el paso del tiempo se convirtieron en los ahora célebres Cuadernos de la cárcel, que representan una de las grandes empresas político-intelectuales del siglo XX, sobre todo si consideramos las condiciones bajo las cuales fueron redactados.3.
La aproximación más superficial a los Quaderni explica por qué el fiscal fascista Michele Isgrò, durante el juicio que tuvo lugar en la primavera de 1928 en contra de Gramsci y otros líderes comunistas, expresó la conocida frase: “Por veinte años, debemos impedir que este cerebro funcione”.4 El cerebro en cuestión no dejó de funcionar, pero la condena que se le impuso a Gramsci (veinte años, cuatro meses y cinco días) truncó la vida política de uno de los opositores más capaces y decididos de Mussolini y del fascismo italiano, así como un prometedor futuro familiar (con su pareja Julca, de nacionalidad rusa, y con dos hijos que cuando fue arrestado eran muy pequeños: Delio tenía poco más de dos años y Giuliano había nacido en la URSS apenas tres meses antes).
Prácticamente toda la trayectoria política madura de Gramsci está en relación íntima o, más bien, en contraposición absoluta, con la figura de Benito Mussolini. Para ubicarnos: el Movimiento Fascista Italiano fue fundado en mayo de 1919, la “Marcha sobre Roma” es de octubre de 1922, el discurso de Mussolini sobre el abandono de las formas legales de enero de 1925 y la ley de plenos poderes al Duce de diciembre de ese mismo año.
En una ocasión, el 16 de mayo de 1925, los contendientes se enfrentaron verbalmente en la Cámara de Diputados. A juzgar por la carta que unos días más tarde envió a Julca, Gramsci consideró esa jornada como un fracaso político. No sólo por el tono tan bajo de su voz, sino sobre todo porque las constantes interrupciones de los diputados fascistas lo cansaron a tal punto que, escribió, no logró transmitir los planteamientos que se había fijado para la ocasión.5 No obstante, a juzgar por la transcripción del intercambio, éste parece haber sido bastante menos desfavorable para su causa de lo que dicha misiva refleja. Entre otras cosas, Gramsci afirmó que la supuesta “revolución” fascista no era más que la sustitución de un personal administrativo por otro (dentro del sistema capitalista italiano), criticó la ilegalidad del trato a los miembros del Partido Comunista, fustigó la falta de representación popular de los fascistas (“vosotros representáis a la minoría de la población”), así como la violencia sistemática que empleaban (“vosotros no contáis con más consenso que el obtenido a palos”); además, criticó la explotación de las masas campesinas del sur del país. Al final, exclamó: “… hay que repetirlo: tenéis que oírlo hasta la náusea, [el movimiento revolucionario] vencerá al fascismo”.6.
En más de una ocasión las autoridades fascistas le ofrecieron a Gramsci retractarse de sus convicciones políticas para obtener una reducción de su pena o, a partir de cierto momento, para liberarlo. Nunca consideró tal posibilidad. Los motivos están en la carta que le escribió a su madre poco antes de que le fuera impuesta la condena:.
Carissima mamma, no querría repetirte lo que ya te he escrito en más de una ocasión para tranquilizarte en cuanto a mis condiciones físicas y morales. Querría, para estar realmente tranquilo, que no te asustes ni te turbes por la condena que me impongan, cualquiera que ésta sea. Que comprendas bien, incluso sentimentalmente, que yo soy un detenido político y seré un condenado político, que no tengo ni tendré nunca nada de qué avergonzarme por esta situación. Que, en el fondo, la detención y la condena las he querido yo mismo, en cierto modo, porque nunca he querido cambiar mis opiniones, por las cuales estoy dispuesto a dar la vida y no sólo a estar en prisión. Que por eso mismo no puedo sino estar tranquilo y contento conmigo mismo.7.
El 21 de abril de 1937, en condiciones físicas deplorables, Antonio Gramsci cumplió su condena. Cuatro días después sufrió una hemorragia cerebral. Murió el 27 de abril de ese año; tenía 46 años (como Orwell, como Camus).

El pensamiento político de Gramsci fue un ejercicio constante contra simplificaciones de todo tipo, empezando por las que percibió desde joven en la obra de Marx y en el economicismo imperante en el pensamiento de izquierda de su época. Esta actitud crítica implicó una concepción mucho más compleja que la de la inmensa mayoría de sus correligionarios, tanto en Italia como en el resto de Europa. Además, mientras los demás marxistas de su tiempo se alejaban de las masas, Gramsci se esforzaba por vincularlas lo más posible con la teoría y la práctica marxistas. Estaba convencido de que ante la complejidad de las sociedades civiles de Occidente la “guerra de maniobra” (asociada a “la toma del Palacio de Invierno”) estaba condenada a fracasar. Lo que se requería era lo que él denominó “guerra de posición”. De hecho, el paso de una a otra era para él “la cuestión de teoría política más importante” de su tiempo.8 Esta guerra de posiciones era en realidad una lucha político-cultural cuyo objetivo era minar la hegemonía de los grupos dominantes y, sobre todo, crear una contrahegemonía que terminaría generando un nuevo orden moral-intelectual o “bloque histórico”, es decir, un nuevo tipo de sociedad. Es aquí donde los intelectuales se convierten en protagonistas.
En estas líneas es imposible para mí desarrollar este tema, que Gramsci analizó con agudeza; señalo solamente tres aspectos. El primero es que para él la categoría “intelectual” era mucho más abierta e inclusiva que la que existía en su época (o en la nuestra). La segunda es que así como debían existir elaboraciones sofisticadas de los intelectuales contrahegemónicos, éstos debían establecer empatía con las mayorías.9 Para Gramsci sólo la empatía permite una comprensión que posibilita el surgimiento de una sociedad distinta. Por último, para crear un nuevo orden moral-intelectual el movimiento cultural requerido implicaba un trabajo incesante en muchas trincheras para elevar intelectualmente a estratos populares cada vez más amplios.
Al arsenal de los intelectuales contrahegemónicos Gramsci lo denominó “filosofía de la praxis”. Esta “filosofía” es eminentemente histórica, no metafísica. Además, es acción, acción política, abocada sobre todo a difundir verdades que el bloque hegemónico en turno niega, manipula, tergiversa o silencia. La filosofía de la praxis, esencialmente polémica y crítica, pretende romper con el “sentido común” imperante. Sólo así es posible crear el nuevo bloque histórico que permitirá el desarrollo del conjunto de la sociedad y no de pequeños grupos.10.
No es difícil darse cuenta del potencial de varias nociones gramscianas para analizar de manera crítica la sociedad mexicana actual. Por supuesto, en el mundo de hoy la lucha contrahegemónica tiene que adoptar herramientas y modalidades que eran impensables para Gramsci. Además, él concibió y desarrolló sus ideas políticas con una clase social en mente, el proletariado, que en su época tenía contornos muy definidos. Esta “centralidad proletaria”, por denominarla así, fue crucial para él y lo sigue siendo si queremos entender su obra históricamente. Sin embargo, esto no implica que no podamos servirnos de algunas de sus categorías para pensar críticamente las sociedades del siglo XXI. Al aunar este pensamiento con la praxis sociopolítica tal como él la entendió desde joven, se crean las condiciones para participar en la construcción de realidades sociales distintas, diferentes.
Profesor-investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México.
1 Antonio Gramsci, Vita attraverso le lettere, Giuseppe Fiori ed., Turín, Einaudi, 1994, p. 387.
2 Ibíd., p. 326.
3 Los Quaderni del carcere fueron publicados originalmente entre 1948 y 1951, pero la primera edición verdaderamente crítica fue la de Valentino Garretana (Turín, Einaudi, 1975), en cuatro volúmenes. En español esta edición fue traducida y publicada en México entre 1981 y 2000, en seis tomos, por Ediciones Era.
4 Vita di Antonio Gramsci, Giuseppe Fiori, Bari, Economica Laterza, 1995, p. 268. Con relativa frecuencia esta frase es adjudicada a Mussolini, quien sí aludió alguna vez al cerebro de Gramsci, pero varios años atrás (1921), cuando se refirió al director de L’Ordine Nuovo como “un sardo jorobado profesor de economía y filosofía… un cerebro indudablemente potente”. Ibíd., p. 224.
5 La carta a Julca en Vita attraverso le lettere, pp. 108-109.
6 El intercambio entre Gramsci y Mussolini se puede leer en Antonio Gramsci, Antología, Manuel Sacristán ed., México, Siglo XXI, 1970, pp. 167-181. Esta antología, bien concebida y bastante completa, ha sido reeditada muchas veces y es fácilmente asequible a buen precio.
7 Vita attraverso le lettere, pp. 202-203 (en español, Antología, p. 233).
8 Antonio Gramsci, Política y sociedad, Barcelona, Ediciones Península, 1977, p. 217.
9 En cuanto a lo primero, Croce fue el gran contraejemplo; no obstante, Gramsci lo admiraba profundamente.
10 Sobre la filosofía de la praxis, véase la primera parte de Antonio Gramsci, Introducción al estudio de la filosofía, Barcelona, Editorial Crítica, 1985, pp. 39-64. Este libro constituye el Cuaderno 11 de los Quaderni.
http://institutomz.com/nuevo/2013-09-20-18-23-11/coordinador-general-del-instituto-mz/4148-antonio-gramsci-una-vida-luchando-por-una-sociedad-mejor

“Las ciudades no deberían ir más rápido que las bicicletas”


Resucita usted a un visionario.
Sí, Iván Illich, un sacerdote católico austriaco, un pensador que en los setenta creó una manera completamente nueva de entender el mundo moderno.
Alertó sobre los peligros del capitalismo salvaje.
Fue crítico, pero imaginó otra manera de organizar la sociedad.
Predijo la crisis actual.
...Con escalofriante exactitud. Se dio cuenta de que hay algo en la manera de concebir nuestras ideas sobre el desarrollo y el crecimiento económico que termina consiguiendo los efectos opuestos a los que se propone originalmente.
Léase fomentar el bienestar, el empleo y la igualdad.
Algo pasó en el camino que los medios se salieron de control y los fines se convirtieron en fines en sí mismos; de manera que ahora ser libre es más bien adecuarse al sistema tecnológico.
Decía que las universidades idiotizan.
Porque, pasado cierto umbral, en ese ir superando exámenes y obteniendo credenciales uno tras otro se pierde de vista el objetivo original que es aprender y la educación en sí misma pasa a un segundo plano, y con ella la igualdad.
¿Qué alternativa propone Illich?
Proveer a todo el mundo de las herramientas para que pueda aprender cualquier conocimiento de la manera y al ritmo que cada quien se proponga. El modelo sería la biblioteca ­pública.
Siempre existirá el más listo y el más rico.
Lo que Illich denuncia precisamente es que suele coincidir que el que saca mejores califi­caciones es el que de por sí ya estaba más ­beneficiado socialmente. Critica que se creen estamentos que por el solo hecho de pertene-cer a ellos otorguen una autoridad social desproporcionada.
“La medicina enferma”, defendía.
Decía que la medicina institucionalizada ha consolidado un monopolio profesional de médicos que son quienes tienen el control sobre el diagnóstico y la terapia de las enfermedades.
...No parece una crítica pertinente.
Lo que Illich proponía era potenciar las capacidades de sanar que históricamente estaban repartidas en las comunidades en lugar de concentrarlas todas en los médicos y hospitales.
...
Además, más allá de cierto umbral de desarrollo, los tratamientos médicos pueden provocar más sufrimiento del que son capaces de curar. En EE.UU. el gasto médico se va multiplicando y la gente no está más sana. No se trata de descartar los avances, sino de potenciar esos avances en una situación más descentralizada.
“Los automóviles devoran el tiempo”.
En los años setenta Ilich hizo un cálculo: cuanto más rápidos son los transportes, más tiempo dedican los ciudadanos a transportarse, y proponía la velocidad de la bicicleta (25 kilómetros por hora) como el umbral óptimo de eficiencia.
¡Es una locura!.
Tenía en cuenta no sólo el tiempo invertido en traslados, también el que invertimos trabajando para poder pagar el coche, el seguro, la gasolina, las reparaciones, los impuestos, las enfermedades causadas por la contaminación….
Entiendo.
Defendía más deliberación pública, que cada sociedad debía encontrar su umbral de intolerancia. Hoy las grandes capitales están apostando por la bicicleta. ¡Se adelantó medio siglo!.

La modernidad quería conseguir una sociedad más habitable e igualitaria…

Estaba en la base de sus valores, sin embargo ha creado nuevas jerarquías. La omnipresencia de la economía lo ha convertido todo en mercancía. Nuestro concepto de economía se basa en la escasez y en la manera más eficiente de asignar recursos que son escasos, ahí radica el error.
¿En ponerle precio a todo?
La escasez es una categoría ideológica que no es cierta. Para Illich existe otro espacio alternativo a esa idea de la economía como un algo que todo lo impregna, y son las actividades no retribuidas que sirven para mejorar la existencia, porque los seres humanos tienen una capacidad innata para hacer y crear, sólo es necesario que se produzcan las condiciones para que se desarrollen. Hay que revalorizar las relaciones.
¿Menos es más?

Eso dice ahora la nueva economía. Pero en nuestra sociedad necesitamos más másters, medicamentos, objetos, más velocidad…

Hasta el infinito y más allá.
No tiene fin. Somos presa de falsas creencias, como la idea de que los problemas que crea el mundo moderno (desigualdad, contaminación, deterioro medioambiental, polarización social…) se solucionan con más modernidad, con más desarrollo y crecimiento económico.
La huida permanente hacia delante.
Illich proponía que la solución está en poner ­límites a lo que entendemos por desarrollo. Límites moldeados por la política.
¿Entendiendo por política la deliberación social?
Sí, que la forma en que se organiza la educación, la salud o el transporte no sea sólo un tema de “expertos” sino de toda la comunidad. Una sociedad más habitable se basa en el respeto a la realidad comunitaria.
Democracia participativa real.
La democracia liberal representativa se ha convertido en un obstáculo para la voluntad popular. Abogaba por un individualismo igualitario.

http://institutomz.com/nuevo/2013-09-20-18-23-11/coordinador-general-del-instituto-mz/4142-las-ciudades-no-deberian-ir-mas-rapido-que-las-bicicletas

Umberto Eco – De Internet a Gutenberg

Conferencia pronunciada por Umberto Eco el 12 de noviembre de 1996 en la Academia Italiana de estudios avanzados en EE.UU. ...